¿Por más dietas y ejercicios que haces no logras conseguir bajar de peso o quemar esa grasita del abdomen? Éstas pueden ser las razones por las que tu cuerpo se resiste a adelgazar y por la que esa grasa en el abdomen se niega a dejar tu cuerpo.
Chécalas porque seguramente te identificarás con varias o con todas.
Estás consumiendo demasiadas calorías.
Aunque esto parezca obvio, hay muchas personas que piensas que pueden comer lo que quieran siempre y cuando hagan ejercicio. Esto no puede estar más alejado de la realidad, si consumes más de lo que requieres te hará engordar, y si haces ejercicio evitará que elimines la grasa de la que tanto deseas deshacerte.
No estás consumiendo suficientes calorías.
Algunas personas se van al extremo y hacen dietas durísimas donde consumen muy pocas calorías, esto alenta el metabolismo y el cuerpo acumulará grasa, es como un instinto de supervivencia, así que esa grasa no se irá.
Estás buscando la salida fácil.
Si te dejas llevar por dietas milagrosas o pastillas mágicas, lo único que conseguirás es que tu cuerpo rebote de la peor manera. No hay otro método para bajar de peso mas que comiendo sano y haciendo ejercicio.
Estás comiendo demasiada grasa.
Debes aprender a leer las etiquetas de los productos, si tiene grasas saturadas y polisaturadas, no lo consumas. Mejor sustituye las grasas malas por buenas. Consume alimentos como aguacate y algunas nueces.
Estás abusando de los batidos de proteína.
Si tu rutina de ejercicio es bastante ruda, un batido de proteína ayudará a tus músculos a recuperarse, pero si no haces ejercicio, no eres constante o es demasiado leve, esa proteína se transformará en grasa.
Comes demasiadas semillas.
Las semillas son esenciales para la dieta, pero todo abuso traerá consecuencias.
Tu entrenamiento es flojo.
No se trata de matarte en el gimnasio, pero sí de esforzarte bastante para lograr tus objetivos. Si no elevas tu ritmo cardíaco jamás perderás grasa.
Haces demasiado cardio.
Definitivamente el cardio ayuda a quemar grasa, pero abusar de él quemará tus músculos y producirá más cortisol, lo que se convierte en grasa abdominal.
Estás demasiado estresada.
Cuando estás estresada el cuerpo produce cortisol, lo que aumenta el almacenamiento de grasa corporal, incluso si haces dieta y te ejercitas. Así que mantenerte tranquila ayudará a que bajes de peso.
No estás durmiendo lo suficiente.
Tienes que dormir al menos ocho horas al día para evitar el acumulamiento de grasa. La fatiga baja los niveles de insulina, aumenta el cortisol y ya sabemos lo que eso provoca.
No te apegas al plan.
Para ver cambios en tu cuerpo necesitas apegarte al plan, no hacer atajos. Lo único que necesitas es constancia y autocontrol. Cada cuerpo funciona diferente, pero debes ser paciente y hacer un cambio definitivo para poder lograrlo.