La libertad de expresión es algo hermoso que debemos aprovechar al máximo, sin embargo, muchas la confunden creyendo que esto les da el derecho de poder decir absolutamente lo que quieran sin pensar en las consecuencias. Pensando en eso, te quiero dar algunos puntos muy sinceros de cuándo (a mi punto de vista) es mejor mantenernos calladas(os).
Cuando estás enojada con una persona a la que de verdad amas, quieres o estimas con el corazón. Para romper una relación de años o lastimarla para siempre, solo basta una palabra o frase hiriente, y sí, es común decir cosas sin pensar cuando estamos enojadas.
Cuando no estás 100% segura de algo. Si no puedes confirmar y comprobar algo, es mejor evitar hacer comentarios.
Cuando lo que vas a decir es con intención de ridiculizar a otra(o) de manera burlona. Hacer sentir menos a otros en realidad no te hará sentir más a ti misma. Hacer esto es una prueba de tus propias inseguridades.
Cuando la otra persona es agresiva o está borracha. Obviamente si alguien te quiere violar o acosar por la calle está bien gritar. Yo me refiero a una situación en donde supongamos: estás con tu amiga en una fiesta y ella está borracha o tiene antecedentes de golpearse con otras personas… es mejor retirarte.
Cuando eso que vas a decir te traerá más problemas que beneficios. Pon en una balanza tus palabras y en base a eso decide si abres la boca o no.
Cuando te han demostrado que tú fuiste la que se equivocó. Pelear por la pura necedad de “ganar” es un acto totalmente inmaduro y que solo te dejará peor que cuando empezó el problema.
Cuando tus palabras tengan la intención de herir el aspecto, religión, sexualidad o ideas de otra(o). El respeto al derecho ajeno es la paz… así de sencillo.
Cuando no estás de acuerdo con las decisiones personales o filosofía de vida de otros. Por darte algunos ejemplos: Decidir no tener hijos. No casarse. Vivir viajando toda su vida, etc. Nadie puede opinar sobre la vida personal de otros.
Cuando alguien tiene algo importante que decirte. No hay que interrumpir cuando podemos ganar más escuchando que hablando.
Cuando no estás dispuesta a recibir una respuesta en el mismo tono en que tú lo hiciste. Por ejemplo, no puedes escribir un comment grosero o en tono agresivo (hater) a alguna amiga, conocido, familiar, cuñada, en su Facebook sin esperar que ella te conteste exactamente de la misma manera. No es válido ofenderte si tú ofendiste primero.
Si quieres más ideas, ¡no olvides seguirnos en Pinterest!