Sigues en una relación que no sabes si ya se acabó o solo está pasando por su capítulo más aburrido? ¿Te levantas ansiosa o confundida? Tranquila. No estás loca, estás atrapada en la etapa del limbo emocional.
Aquí no venimos a decirte “termina ya” o “lucha por amor”. Venimos a hacer lo que nadie hace: ayudarte a pensar, sentir y decidir.
1. Haz el inventario del caos: la lista de lo bueno y lo malo
Literal. Toma una hoja y divídela en dos: De un lado, todo lo que AMAS de esa persona, del otro, todo lo que te ha dolido, decepcionado o drenado. ¿Qué pesa más? No mientas. Tú sabes.
2. Ahora haz la lista más importante: lo que tú quieres para tu vida
Sin él. Sin drama. Sin justificarlo. ¿Qué quieres para tu vida ideal? ¿Paz? ¿Un proyecto de pareja? ¿Viajar? ¿Una casa con jardín? ¿Gobernar el mundo? MUAJAJAJA… Haz esa tercera lista como si fueras soltera y poderosa. Porque lo eres.
3. El match de las tres listas
Mira las dos primeras listas. ¿Qué pesa más? ¿Las cosas lindas que ya casi no pasan? ¿O los momentos tristes que ya se sienten normales? tu cuerpo ya sabe la respuesta. Solo estás esperando permiso para sentirla.
4. Háblalo (si todavía hay espacio para hablar)
Si crees que aún hay diálogo, si no es una pared emocional… habla desde el corazón. Sin reclamos, sin chantaje, sin miedo. Dile: “Esto soy yo, esto quiero y esto siento. ¿Tú estás dispuesto a caminar conmigo o ya no?” Lo que conteste será todo lo que necesitas saber. Y si no contesta… también.
5. Si ya no hay manera de hablar, igual puedes tomar una decisión
No necesitas gritar, ni pelear, ni tener “la última discusión”. Solo necesitas una certeza interna: ya no quiero seguir así. No todas las relaciones acaban en explosión. Algunas solo se apagan. Y eso también duele, pero libera.
6. El miedo a estar sola no es amor
Lo repito por si tu cerebro se hace el sordo: el miedo a estar sola NO es amor. Estar con alguien por costumbre, por miedo, por “y si no encuentro a alguien más” es como comer algo caducado por no tirar comida: te va a caer mal igual.
Si hoy no puedes soltar, no pasa nada.
Pero que no se te olvide que puedes y que no estás atrapada. Estás decidiendo y decidir lleva tiempo, coraje y mucho Kleenex, Naciste para amar bonito. Y si él no entra en ese plan… no es que se haya acabado el amor, es que empieza el amor propio.
