Señales de que siempre intentas hacer felices a otros antes de a ti misma

Ser feliz debería ser el principal objetivo en nuestra vida. Sin embargo, muchas veces debido a nuestra inseguridad intentamos agradar a otras personas y hacer lo que ellas quieren, en vez de enfocarnos en nosotras mismas…

Hacer esto no te lleva a ningún lado, sólo a vivir cada vez más deprimida y confundida sobre qué es lo que quieres y quién eres. Por eso te quiero dejar estas señales para que identifiques si es que has entrado en ese terreno de querer hacer feliz a todos antes que a ti misma.

Si te identificas con ellas, ¡haz un cambio radical en tu vida! Y comienza a ver más por ti y por tu bienestar.

No puedes tomar ninguna decisión importante en tu vida sin antes pedir “permiso”

Hasta para ir a una fiesta, necesitas la aprobación de tu novio, mamá, amigas, etc…

No haces nuevos amigos por miedo de perder a los que ya tienes

Te la pasas pensando en qué pensará tu grupo de amigas y mal viajándote de qué sucederá si es que se enteran que ya tienes una nueva amiga. Y eso te causa mucho estrés.

Estás estudiando o piensas estudiar una carrera que en realidad no te llama la atención

Y todo con el pretexto de “hacer felices a tus padres” o por “imagen”.

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En tus relaciones eres sumisa y siempre eres la que da más

En vez de hacer un equipo con tu pareja, tú dejas que él tome las riendas y tome la mayoría de decisiones importantes. Prefieres no causar un problema con él y siempre intentas dar más, tanto que en ocasiones te pasas de la raya y terminas por hacer sentir incómoda a la persona con la que sales.

Aunque te sientas destruída por dentro, siempre mantienes una sonrisa ficticia

Te cuesta muchísimo y te da miedo mostrarte vulnerable ante los demás. Te causa ansiedad lo que vayan a pensar de ti si te ven llorar. Prefieres hacer creer que tú siempre estás bien.

Eres amiga de personas que siempre quieren hablar de ellas y que no saben escucharte

Algo común en chicas que tenemos este problema, es que nuestro círculo de amigas está lleno de mujeres que no saben escuchar ni mantener una plática contigo. Cuando las ves, siempre quieren que las escuches, y cuando tú quieres hablar, ellas para nada ponen atención en lo que tú dices.

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Ya no sabes ni qué es lo que quieres

El hecho de que durante tanto tiempo has vivido con este problema, te hace sentir en ocasiones que ya no te conoces ni a ti misma. No sabes qué tipo de ropa te gusta, el tipo de música, etc… Sientes como si tu personalidad hubiera quedado perdida en algún lugar, sin saber ahora cómo recuperarla.

Permites que los demás opinen sobre tu vida (sin importar que se pasen de la raya)

Dejas que quien sea (hasta alguien que acabas de conocer) te comience a criticar “jugando” y tú prefieres hacer creer que te da risa en vez de pedirle que te deje en paz.