Qué escribir en tu diario cuando no sabes qué escribir

A todas nos ha pasado: te sientas con tu diario en mano, un bolígrafo listo, y… nada. Las palabras simplemente no fluyen. Si bien llevar un diario es una práctica increíblemente beneficiosa para la mente y el alma, a veces nos encontramos en blanco, sin saber por dónde empezar.

No te preocupes, ¡esto es completamente normal! Aquí te doy algunas ideas que pueden ayudarte a romper ese bloqueo y convertir tu diario en un espacio aún más especial y que no dejes de hacer una actividad sumamente benéfica para tu salud mental y emocional.

Escribe cómo te sientes en este momento

Puede parecer simple, pero describir cómo te sientes ahora mismo puede ser muy liberador. Haz una pausa, respira y pregúntate: “¿Qué estoy sintiendo en este instante?”. No tienes que adornarlo ni hacerlo profundo, simplemente escribe lo que pase por tu mente.

Ejemplo: “Hoy me siento un poco ansiosa y no sé por qué. Quizá sea el trabajo o que no dormí lo suficiente anoche…”

Haz una lista de gratitud

Cuando no sepas qué escribir, una lista de cosas por las que estás agradecida puede cambiar tu enfoque y recordarte lo bueno que tienes en tu vida. No tiene que ser nada elaborado, pueden ser cosas pequeñas como “el café de esta mañana” o “el abrazo de mi perro”.

Ejemplo: 

– Mi salud

– Los amigos que me apoyan

– La música que me hace sentir feliz

Describe tu día perfecto

Es divertido soñar despierta. Piensa en cómo sería tu día ideal. ¿Qué harías? ¿A quién verías? ¿Dónde estarías? Este ejercicio no solo puede sacarte del bloqueo, sino que también puede ayudarte a definir metas y sueños a futuro.

Ejemplo: “Mi día perfecto comenzaría con una mañana tranquila en la playa, tomando un café mientras veo el amanecer…”

Pregúntate “¿Qué necesito en este momento?”

A veces nos enfocamos tanto en nuestras responsabilidades que nos olvidamos de escuchar lo que nuestro cuerpo o mente realmente necesitan. Usa tu diario para explorar esta pregunta. ¿Necesitas más descanso? ¿Más tiempo para ti misma? 

Ejemplo: “Hoy necesito un descanso. Mi mente ha estado corriendo a mil por hora y me vendría bien desconectar por una hora sin sentir culpa.”

Escribe una carta a tu yo del futuro

Imagina que estás escribiendo una carta para ti misma en el futuro. Puede ser dentro de un mes, un año o incluso diez años. ¿Qué te gustaría decirle a tu yo del futuro? ¿Qué esperas que haya logrado o aprendido?

Ejemplo: “Querida yo, espero que cuando leas esto, hayas aprendido a soltar más las cosas que no puedes controlar…”

Explora tus sueños recientes

Si recuerdas lo que soñaste anoche o en días recientes, intenta escribir sobre eso. Los sueños pueden darnos pistas sobre nuestros pensamientos y emociones más profundos, ¡y a veces son solo historias interesantes que contar!

Ejemplo: “Anoche soñé que estaba en un bosque lleno de mariposas, fue muy relajante pero extraño. Me pregunto qué significará…”

Haz un “brain dump”

Esta técnica es genial para liberar espacio mental. Simplemente escribe todo lo que te pase por la cabeza, sin filtros ni orden. Puede ser cualquier cosa: tareas pendientes, pensamientos aleatorios, preocupaciones o incluso algo absurdo.

Ejemplo: “Tengo que ir al supermercado, pero no tengo ganas. ¿Por qué el tiempo pasa tan rápido últimamente? Quisiera tener más tiempo para leer…”

Escribe afirmaciones positivas

Llenar tu diario con afirmaciones puede ayudarte a reprogramar tu mente hacia una perspectiva más positiva. Escribe frases que te hagan sentir bien y te recuerden tu valor.

Ejemplo:

– Soy suficiente tal como soy.

– Tengo la capacidad de superar cualquier desafío.

– Estoy en un proceso de crecimiento constante.

Haz una lista de lo que te hace feliz

¿No sabes qué escribir? Haz una lista de cosas que te hacen feliz. No importa si son grandes o pequeñas. Este ejercicio puede ayudarte a reconectar con lo que te trae alegría y bienestar.

Ejemplo: 

– Leer un buen libro

– Bailar sola en casa

– Escuchar la lluvia caer

Escribe sobre tus metas a corto y largo plazo

Este es un buen momento para reflexionar sobre lo que quieres lograr en el futuro cercano y en los próximos años. No tienen que ser metas súper ambiciosas, incluso pueden ser cosas sencillas que deseas hacer por ti misma.

Ejemplo: “En los próximos meses quiero dedicar más tiempo a mis hobbies, como pintar y aprender a cocinar nuevos platillos. A largo plazo, me gustaría ahorrar para un viaje a Europa.”