Cómo saber qué quiero de mi vida

¿Sabes qué es más difícil que resolver una ecuación de álgebra sin calculadora? Descifrar qué demonios quieres de tu vida. Porque sí, puedes tener claro tu color favorito, tu crush tóxico y hasta el nombre de tus futuros gatos… pero ¿tu propósito? Ese no viene en manual.

Yo pasé meses pensando que mi vida se resolvería sola, tipo película de Disney: me dormía esperando hada madrina y me despertaba con deudas y gastritis. Así que tranqui, no estás sola en esta crisis existencial. Aquí lo que aprendí:

1. Empieza por lo que odias

A veces es más fácil saber lo que NO quieres. Yo descubrí que no quiero trabajar en oficina porque lloraba en el baño cada tercer día. Haz tu lista negra: si algo te quita paz, bye.

2. Olvida el plan perfecto

Spoiler: nadie sabe al 100% qué quiere. Ni tu tía que presume su empresa de jabones artesanales. La vida es prueba y error. Haz cosas, cállate la voz interna que juzga, y ve qué sí vibra contigo.

3. Pregúntale a tu yo del futuro (dramático pero efectivo)

Imagina que tienes 80 años y ves tu vida como película. ¿Qué te daría cringe haber hecho? ¿Qué te haría sentir orgullosa? Esa respuesta es oro.

4. Escucha tus obsesiones raras

Lo que haces gratis y con gusto, ahí hay pista. Yo, por ejemplo, puedo perder tres horas stalkeando casas en Zillow que jamás compraré. ¿Útil? No. ¿Me emociona? Sí. Capaz ahí está el secreto.

5. Ten paciencia, loca

No se vale querer respuestas inmediatas. Descubrir qué quieres de tu vida es como depilarte con cera: duele, toma tiempo, pero al final quedas más ligera.

EN RESUMEN…

Nadie tiene la vida resuelta, aunque en Instagram parezca. La clave está en probar, equivocarte y reírte de ti misma en el proceso. Así que deja de esperar señales del universo y empieza a moverte. Si la cagas, mínimo tendrás anécdotas épicas.