¿No sienten cómo que a veces su novio se les quiere subir a las barbas, como que anda muy subidito sin razón alguna y con una actitud altanera y controladora?. Si la respuesta es sí, entonces quizá necesite que lo bajes de su nube. Si no estás muy segura, estas señales te dirán si tu novio necesita un buen aplacón para que vuelva a poner los pies en la tierra de la realidad.
Te pide las cosas más como una orden que un favor
No necesitas ser vidente para darte cuenta de la intención con la que tu novio hace y dice las cosas. Así que si pasó de: “Oye amor me pasas mi celular por fa” a “Pásame el celular (queriendo decir, pero rapidito)” y cuestiones por el estilo, necesitas confrontarlo y recordarle que tiene educación para pedir las cosas como un ser humano pensante.
Cree que puede dar su opinión a cerca de tu ropa
A ver, hay que aprender una cosita, las opiniones se dan cuando te las piden, si nadie te la pidió, te quedas con tu comentario. Así que si de pronto te dice: “No crees que eso te queda muy corto, ajustado, enseña mucho etc”, merece que lo aplaques y le digas: “No crees que si quisiera tu opinión te la pediría”.
Pretende prohibirte cosas el muy iluso
El machismo sigue provocando que los hombres se sientan con el derecho de prohibirte cosas como si fueran tu padres (fastidio de tipejos), si tú pareja de pronto te dice: “No puedes salir con tal, o usar tal cosa, o ir a eso” y un etc infinito, porque para eso se pintan solos. Hay de dos, la primera y más benéfica es que le des una patada en el trasero y lo saques de tu vida para siempre y la segunda es que le dejes bien claro que no tiene derecho alguno sobre tus decisiones. Si sigues callándote y dejando que controle tu vida, al rato no te quejes cuando termines toda frustrada.
Critica a tus amistades
Estos hombres de hoy cada vez están peor de verdad. Si tu novio se la pasa criticando a tus amigas, diciendo que no le caen bien, que son mala influencia (como si tu no tuvieras decisión propia), tienes que pararle su carrito de veneno. Podrías decirle que tú no te metes con sus amigos, que si no le caen bien las tuyas se limite a guardárselo pues nadie le está obligando a convivir con ellas.
Se indigna si no cedes ante sus berrinches
Los hombres se han encargado de difamarnos al decir que nosotras somos el sexo dramático y berrinchudo. Pero si alguien se lleva el premio al más malcriado son ellos. Una de sus técnicas es indignarse y hasta enojarse si no cedes ante sus caprichos o peticiones. Así que la próxima que te la aplique podrías regalarle un chupón a ver si no le da vergüenza.
Se enoja porque quieres hacer cosas sin él
Hay novios que tienen complejo de sanguijuela, quieren estar pegados a ti todo el maldito día, como si una no disfrutara de su soledad. Si te chantajea diciendo que ya no lo quieres o algo por el estilo, tienes que dejar las cosas claras y no ceder ante sus rabietas.
Te echa la culpa porque le gustas a otros hombres
Esta es una de las que más me fastidia. Te culpa porque otros hombres se fijan en ti aunque tú no hayas hecho nada para corresponderlos o animarlos a cortejarte. Si no confía en ti, es su problema y no tienes por qué soportar cosas así.
Cree que tiene que ser siempre tu prioridad
Cuando llevas un tiempo con tu pareja, esta se vuelve una de tus prioridades, es más que normal. Pero eso no quiere decir que va a ser la número uno siempre. No dejes de hacer cosas o perder oportunidades por él. Recuerda que aunque compartan su vida, cada uno tiene que labrar su camino.
No te consulta al tomar decisiones que atañen a ambos
No tienen que ser siempre decisiones de vida, basta con pequeñas cosas, como por ejemplo qué harán este fin de semana, si acepta ir a una comida familiar sin consultarte si quieres o puedes ir. Aguas, porque al principio serán cosas sin importancia pero después podrían afectarte seriamente. Háblalo con él y hazle entender que antes de tomar cualquier decisión que te involucre debe preguntarte.
Te amenaza con terminar
Las amenazas no están padres en la relación, no tendrían por qué existir, es una clase de rabieta y de chantaje. Si vuelve a hacerlo, tómale la palabra, para que sepa que contigo no juega.