La dieta cetogénica, hoy llamada Keto, se ha puesto de moda en los últimos años pero su invención data de 1921 y fue diseñada para tratar pacientes con problemas psiquiátricos y neurológicos. Ya que esta tiene el objetivo de sacar de la alimentación la fuente principal de energía del cerebro, que son los carbohidratos. Esto, ayudaba a pacientes con epilepsia a disminuir las crisis, ya que el cerebro no tenía la suficiente energía.
Esta dieta promueve la ingesta de grasas y proteínas, lo que provoca que el cuerpo utilice las grasas como energía y esto conduce a una pérdida de peso.
Sin embargo, hay personas que se unen a esta tendencia sin acudir a un especialista y sin saber que esta dieta no puede ser llevada como un estilo de vida, ya que si se usa por periodos largos de tiempo puede traer serias consecuencias a la salud, tales como:
-No aporta la suficiente cantidad de vitaminas, minerales y fibra.
-Por la falta de fibra se puede llegar a sufrir estreñimiento y distinción abdominal.
-Si no se hace de la mano de un experto, se pierde gran cantidad de masa muscular.
-Puede generar resistencia a la insulina, y empeorar enfermedades como SOP.
-Puede aumentar los lípidos en sangre.
-Se afecta la capacidad de transportar oxígeno en sangre.
-Problemas psicológicos y alimentarios, ya que se refuerza la idea de que los carbohidratos son malos y los culpables del aumento de peso, cuando no es así.
Esta como todas las dietas, no son el camino hacia una vida saludable. El único camino que te llevará a tener una buena salud, y que te ayudará a mejorar tu cuerpo y por lo tanto el concepto que tienes de ti misma, es mejorar nuestro hábitos alimenticios a largo plazo.
Consulta siempre con un especialista. Y recuerda que los caminos ‘sencillos’ o los atajos, no existen cuando se trata de trabajar en nosotras mismas. Todo requiere esfuerzo, constancia, disciplina y amor.