Los límites son la base de una vida feliz y plena. Pero estos no sólo se aplican a otras personas, o situaciones externas. Los límites empiezan en una misma, y estos son con los que debemos empezar:
Irme de donde no se me respeta
Esto involucra conversaciones, lugares, personas y situaciones donde no se te respeta.
Tomar mis propias decisiones
Las consecuencias que obtienes en tu vida, buenas o malas, son enteramente tu responsabilidad. Y se vuelven más sencillas de procesar cuando tú tomas tus propias decisiones y no cuando dejas que otros decidan por ti.
Irme de la vida de quienes no aportan
Irte de la vida de personas que no valoran tu presencia y que no muestran interés por conservarla.
Poner alto a críticas
Poner un alto a personas que te critiquen, te ataquen e intenten herirte.
Priorizarme
Hacer saber tus necesidades a los otros (porque la gente tampoco es adivina), y priorizarte en cualquier situación.
Escucharme y serme fiel
Decir NO cuando realmente no quiera hacer algo. Y decir SI cuando sí quieres.
Descansaré
No tiene nada de malo parar y darte un tiempo para descansar, es vital, así que hazlo.
Pediré ayuda
Pedir ayuda no es de débiles sino de personas que saben su valor, que reconocen el valor de los demás y que saben que en equipo se logra más.