Para ser feliz no hay una fórmula exacta porque el camino de cada uno, las herramientas emocionales y psicológicas y la situación de vida, son completamente distintas en cada uno de nosotros. Sin embargo, sí hay cosas que podamos hacer, o más bien, dejar de hacer, que aplican a todos, es como el camino de inicio que todos podemos tomar para comenzar nuestro propio camino hacia la felicidad.
Deja de lado tus creencias limitantes
Cuando somos pequeños nuestros padres nos crían bajo ciertos estándares, ideologías, miedos, prejuicios, etc. Pero eso no quiere decir que todo lo que te enseñaron este bien o sea digno de conservarse. Deshacerse de todo aquello que te limita es esencial para ser tú mismx, o sea, ser feliz.
Deja de vivir de acuerdo a las expectativas de los demás
¡Para ya!, hacer las cosas o tomar decisiones pensando en si tu familia, amigos, pareja o desconocidos lo aprobarán o estarán orgullosos, te lleva directo a la infelicidad. La única persona con la que tienes que quedar bien es contigo misma y punto.
Desapégate de personas o situaciones
El apego viene del miedo. Te apegas a personas, lugares y situaciones por miedo a hacerte cargo de ti mismx. Para ya, empieza a responsabilizarte de todo lo que tiene que ver contigo. Tu felicidad depende de ti y de nadie más.
Ponle punto final al pasado
Deja de vivir y revivir el pasado, ya no está, ya pasó, no volverá. Mantenerte en el presente es la clave para tener conciencia de ti mismx y tomar acciones que realmente te beneficien y mejoren tu vida.
Deja de ponerte excusas
Las excusas son las grandes creadoras de la infelicidad. Basta ya, salta ese tope y hazlo, con miedo o con terror, pero hazlo.
Abandona tus miedos
El miedo es el pero enemigo de la felicidad. El miedo paraliza, el miedo evita que vivas. Y la única forma de deshacerse de él es enfrentándolo, no hay de otra.
Abre tu resistencia al cambio
Sé que el cambio es incómodo, genera miedo, incertidumbre. Pero la vida no es estática aunque a veces lo parezca. El movimiento es parte de la vida. Si un río se para, se estanca y muere. Tienes que fluir.
Renuncia a tu necesidad de impresionar a los demás
Lo que piensen u opinen los demás debe de traerte sin cuidado, así sean tu padres. La opinión que vale es la tuya porque es tu vida.
Deja de criticar y juzgar
Criticar y juzgar te llena de rencor, resentimiento, odio, y eso sólo impide que veas el panorama completo, evita que te enfoques en ti por andar enfocadx en todos los demás.
Deja de quejarte y mejor resuelve
Quejarte no sirve de nada. Está bien, si hay algo que no te gusta, sácalo, exprésate pero después actúa.
Abandona la charla autodestructiva
Deja de hablarte a ti mismx como si fueras tu peor enemigo. Háblate con amor, empatía, respeto. Háblate como si le estuvieras hablando a la persona que más amas en el mundo, porque eso se supone tendrías que ser para ti mismx.
Deja de culpar a los demás
Deja de culpar a los demás por tus desgracias. No importa qué tan difícil haya sido tu infancia o todas las desgracias que te hayan ocurrido. La responsable de salir de todo eso, de trabajar, de superarlo, sigues siendo tú.
Renuncia a tu necesidad de control
Es imposible controlar todo; es más, el control es la más perfecta ilusión de esta vida. Suelta, fluye, toma acción, adáptate, renuévate. Entre más quieras controlar, más infeliz serás.
Deja de seguir estereotipos
No tienes que ser como te dicen que tienes que ser. No tienes que convertirte en lo que se espera que seas. Sé tú, y quien le guste que bueno y a quien no, pues la puerta esta bien ancha.
Renuncia a tu necesidad de siempre tener la razón
Querer siempre tener la razón sólo refleja la falta de control que tienes sobre tu ego y la enorme ignorancia de tu ser. Y es que es imposible tener siempre la razón. Entre más se sabe más dudas surgen, jamás tendremos en nuestro poder la verdad absoluta.