El rubor no se debe aplicar al ahí se va, es una parte importante de nuestro maquillaje y si no se aplica correctamente lo más seguro es que lo arruine todo. Para poder tener unas chapas perfectas, tenemos que tomar en cuenta el color de nuestra piel y la forma de nuestro rostro. Sólo así tendremos el maquillaje que deseamos.
Tipo de rostro:
Rostro redondo
El objetivo es definir lo más que se pueda el rostro, así que tienes que evitar colocar el rubor justo encima de los pómulos. La zona de aplicación es a lo largo de los pómulos o en un ángulo de 45°. Evita ponerlo cerca de la nariz.
Rostro alargado
El objetivo aquí es ensanchar un poquito el rostro para equilibrar las proporciones. Así que si tienes este tipo de rostro debes aplicar el rubor en el comienzo de las manzanitas de las mejillas y difuminar hacia las orejas.
Rostro triangular
Si tienes el rostro triangular el objetivo es disimular y equilibrar la geometría del rostro. Así que el rubor debe ir directo en tus pómulos y difuminar un poco hacia fuera.
Rostro cuadrado
Este tipo de rostros deben suavizar la línea de la mandíbula para equilibrar los rasgos. El rubor debe aplicarse justo en los pómulos sin difuminar ni alargar.
Rostro ovalado
Los rostros ovalados tienen grandes beneficios pues pueden experimentar con varias tipos de aplicación del rubor. Lo más recomendable es aplicar en los pómulos y difuminar hacia arriba, es decir hacia la sien.
Color de piel:
Blanca (rosada)
Para aquellas que tienen una piel muy blanca con tonos rosados, entonces tienen que optar por un rubor con toques naranjas, para que luzca un poco más bronceado y equilibre el tono de su piel.
Blanca (amarilla)
Para quienes son blancas con tonos amarillos, un rubor rosa le dará color y vida a su rostro.
Morena
Los rubores en tonos marrones, satinados y rojos son los indicados para pieles morenas de todo tipo.
Negra
Marrones satinados brillantes, rojizos (no muy encendidos) y guinda son los ideales para este tipo de piel.