¿Debo confesarle que lo engañé o mejor me callo?

Tienes un nudo en el pecho, no puedes dormir, y estás en el dilema más incómodo del multiverso: ¿le cuento que lo engañé o me muerdo la lengua pa’ siempre?

Respira, mana. Aquí te va la respuesta sin moralismos ni autoengaños:

1. Si lo vas a contar, que no sea para limpiarte la culpa

Confesar no es terapia. Si solo quieres decirlo pa’ “sentirte mejor”, ojo, porque eso no es sinceridad, es ego disfrazado de honestidad. Él no es tu psicólogo, y si lo haces solo para pasarle tu carga emocional, lo vas a destruir tú solita.

2. Si ya terminaron (y encima él también te fue infiel)…

Pues mira, entre infieles no hay traición, hay empate. A veces ni vale la pena moverle al pantano. Pero si de verdad quieres sanar o cerrar el ciclo con verdad… ok, dilo, pero sin drama ni lágrimas de telenovela.

3. Si lo engañaste y aún quieres seguir con él

Esto sí se habla. Porque si decides quedarte, ese secreto va a estar ahí como fantasma en cena familiar. ¿Puedes vivir con eso? ¿O lo vas a usar como autoboicot en cada pelea?
O lo hablas y reconstruyen, o lo callas y te destruyes sola.

4. Si fue un error puntual y no piensas repetirlo

Antes de contarle, piensa: ¿esto define quién soy o fue una reacción a algo más? Porque muchas veces engañamos no por falta de amor, sino por falta de brújula emocional. No siempre hay que confesar… a veces hay que ir a terapia.

5. ¿Y si fue porque tú ya estabas rota antes de conocerlo?

¿Lo hiciste en un momento donde ni tú sabías quién eras? Entonces tal vez el daño no es contra él, sino contra ti. En lugar de decirle “te fallé”, mejor pregúntate “¿qué parte de mí estaba pidiendo auxilio?”

6. ¿Estás lista para perderlo?

Porque puede que te perdone… o puede que no. ¿Y si su reacción es irse y bloquearte hasta de su cuenta de Netflix?
¿Estás lista para esa consecuencia o solo estás tirando la bomba y huyendo?

7. ¿Le amas o solo quieres perdón?

Esto es incómodo, pero real: muchas personas confiesan no por amor, sino porque no soportan sentirse culpables. Spoiler: la culpa no se borra pidiendo perdón, se trabaja siendo mejor persona desde hoy.

RECUERDA:

No todo lo roto se arregla. no todo lo callado se olvida. no todo lo confesado se perdona.

Así que antes de abrir la boca, ábrete el corazón y pregúntate:
¿Quiero un final dramático o un nuevo comienzo con conciencia?

Porque si vas a confesar… que sea con ovarios, no con miedo y si vas a callar… que sea con responsabilidad, no con cobardía.