Los hombres somos seres que no siempre son predecibles a la hora de saber qué es lo que pensamos, deseamos o esperamos de alguien. Lo que unas cosas pueden estar bien para las mujeres, para nosotros significan un tremendo dolor de cabeza. ¿A qué me refiero específicamente? ¡A las sorpresas!
Así es chicas, los hombres somos muy diferentes cuando se trata de temas cursis, a la mayoría no nos gustan esos gestos “inesperados”, pues más allá de generarnos muchísima emoción, nos provocan estrés y hasta mal humor.
Disculpen si estoy siendo muy directo, pero creo que es mi deber ser sincero con ustedes y decirles tan solo algunas cosas que ni yo, ni tu chico no quiere recibir de sorpresa… Obvio si le preguntas no lo aceptará porque le dará pena, pero créeme, sé de lo que hablo. Nunca las hagas.
Decorarle su habitación
Nuestra habitación es nuestro lugar sagrado, e invadirlo es una terrible grosería hacia nosotros. Así de sencillo.
Ir a su escuela con una pancarta inmensa
Ni el hombre más cursi le gusta experimentar esa vergüenza de ver a su novia afuera de la escuela con un letrero inmenso que diga: “Feliz 1er mes, te amo bomboncito”.
Decirle que van a un lugar y de último momento darle la sorpresa que van a otro
A los hombres nos gusta arreglarnos e ir preparados dependiendo cada ocasión. No somos fans de que nos cambien los planes de último momento, pues en vez de emocionarnos, solo nos estresamos y preocupamos. No está cool.
Una fiesta sorpresa
En nuestro cumpleaños lo que menos deseamos es ver a personas con las que quizás estamos enojados… tómalo en cuenta.
Llegar de sorpresa a su casa cuando él no te espera
A veces lo único que deseamos es un rato a solas para relajarnos y simplemente dejarnos “ser”. Lo que menos deseamos es que nos interrumpan esa paz que queremos tener.
Llenarle el carro de ‘post-it’
¡Posiblemente esta sea la peor de todas las sorpresas!
Aunque por fuera tengamos que poner una cara de “Wow, no me lo esperaba”, por dentro decimos: “¿Cómo haré para quitar todos de manera rápida y sin que el pegamento se quede en la pintura?”
Enviarle un “paquete romántico” a su trabajo
No hay peor ridículo que nos puedan hacer pasar, así de sencillo. Más aún si es que ese día estamos pasando por un momento de muchos pendientes y estrés.
Regalarle peluches
Los hombres no queremos peluches, punto.