¿Se te está cayendo el cabello? No, no es normal y aquí la solución

No, no es normal que se te caiga el cabello. No es “una etapa”, ni “me estoy haciendo vieja”, ni “es que me lo lavo mucho”. La caída de cabello tiene causa. Y tú mereces saberla, tratarla y solucionarla.

1. La caída por quiebre: tu pelo no se cae, se rompe

¿Notas pelitos cortitos por todas partes? ¿Tu cabello parece una escoba maltratada? Lo tuyo no es caída, es fractura capilar. Ya sea por tenazas, planchas o por andar haciéndote decoloraciones mal hechas … tu pelo está seco y sediento.
Si lo sientes como chicle: reparación con proteínas. Si solo está seco: hidratación intensa. 

2. Cambios hormonales: lo que nadie te cuenta

Menstruación, embarazo, posparto, anticonceptivos, SOP, tiroides, menopausia… Todo lo que tenga que ver con tus hormonas puede afectar tu melena. Y no, no se arregla solo con un suero de romero.
hazte un perfil hormonal, química sanguínea, biometría hemática. No le tengas miedo a los estudios, tenle miedo a quedarte calva sin saber por qué.

3. Estrés: el enemigo silencioso y pelón

El estrés no solo te quita la paz, también el cabello. ¿Te lo estás arrancando por ansiedad o simplemente se está yendo solo? Ambos son señales de alarma.
Solución: psicólogo, psiquiatra o al menos una pausa. Dormir bien, comer mejor y dejar de cargar con cosas que no te tocan.

4. Microbiota intestinal: sí, el problema puede venir del estómago

¿Quién iba a decir que tu panza influye en tu cabellera? Pues sí. Si tu estómago no absorbe nutrientes como la biotina, el pelo se adelgaza, se seca y se cae.
Revisa tu digestión, considera probióticos o ve con un nutriólogo funcional. Tu intestino te puede estar gritando: “¡Dame fibra, no croquetas para humanos!”.

5. Calvicie genética: la más cruel de todas

Si tu papá, abuelos o tíos tienen entradas tipo aeropuerto… amiga, corres riesgo. La genética no perdona, pero tampoco es sentencia.
Solución: minoxidil, sueros anticaída, champús especializados y sobre todo, empezar a tratarlo desde YA. No esperes a ver huecos para actuar.

6. Agua caliente: ¿te bañas como para desplumar pollos? Mal ahí

El agua caliente dilata los poros del cuero cabelludo y hace que se afloje todo. Literal.
Bájale a la temperatura. Tibia está bien, fría si te atreves.

7. Acondicionador o productos en el cuero cabelludo

No, el acondicionador no va en la raíz. Tampoco la crema para peinar, ni el gel, ni la cera.
Todo lo que no sea shampoo, de medios a puntas. Si taponeas los poros, los matas. Y si los matas, no vuelve a crecer pelo.

8. Desenredar como si peinaras un tapete viejo

Si jalas, arrancas. Así de simple. Las ligas apretadas y los jalones brutos son enemigos del folículo capilar.
Desenreda con amor, de puntas hacia arriba y con productos que ayuden (acondicionador, crema ligera o peine especial para cabello mojado).

9. Gorras y sombreros todos los días

¿Vives con gorra? ¿Tu cabeza no ha visto el sol desde 2020? Tu cuero cabelludo necesita respirar, literal.
Usa gorra con moderación. Déjala descansar algunos días. También tu frente te lo agradecerá.

10. La regadera y el agua con sal

El agua con demasiada sal o minerales pesados (como en muchas ciudades) puede debilitar el cabello.
Si puedes, ponle un filtro a tu regadera. No es lujo, es prevención.

Que se te caiga un ex, no el cabello.
Comparte esto con tu amiga que ya ve más pelos en el suelo que autoestima en el gym.