Sí, ya sé. Lo ves en el cepillo, en la regadera, en la almohada y hasta en la sopa. Tu pelo decidió independizarse, pero tú no vas a dejar que se vaya sin aportar al hogar. Así que aquí tienes algunas ideas locas pero funcionales para aprovecharlo (o al menos reírte del colapso capilar).
1. Haz tus propias extensiones caseras
Literalmente, recicla tu pasado. Guarda el pelo que se cae, límpialo bien (por favor) y con un poco de silicón o costura puedes armar pequeñas tiras para darle volumen a tu cabello. ¿Asco? Tal vez. ¿Creatividad? También.
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2. Hazte tu propio “moñito de emergencia” “fleco” “mechon” etc
Si se te cae mucho el cabello, junta lo más rescatable, amárralo con una liga y úsalo para hacer esos chonguitos falsos que se ven llenos aunque tú estés quedando calva en paz. Bonus: nadie notará que es tu propio pelo reciclado, a menos que lo confiesen en tu podcast.
3. Rehúsalo para hacer cepillos o brochas DIY
Ok, suena creepy pero… sí se puede. Tu cabello natural puede servir para hacer brochas pequeñas para arte, maquillaje o para limpiar lugares mini (tipo teclado o pestañas).
4. Usa tu pelo para ensayar peinados
Antes de maltratarte el pelo con plancha o tintes, experimenta con el pelo caído. Haz trenzas, rizos o mini pruebas de color. Total, si sale mal, ya estaba morido
Ya sabes lo que dicen… Si la vida te da caída de cabello, tú haz manualidades.
Porque mientras unas lloran por su frizz, tú estás creando tu propio negocio de extensiones con sello sustentable y trauma emocional incluido.