Las mujeres amamos a nuestro cabello, es de las cosas que más cuidamos y valoramos en nuestro cuerpo. Pero no todo es color de rosa, pues pasamos mucho tiempo peleando con él.
He aquí la eterna pelea:
1. El cepillo.
Todos tus cepillos están atascados de cabello, por más que luchen en limpiarlos, basta una cepillada para que vuelvan a quedar igual.
2. La desenredada.
Por más acondicionador que uses, siempre termina hecho un nudo. Cepillarlo para desenredarlo es una batalla épica. Duele, te enojas y lo maldices, pero al final siempre termina cediendo.
3. El pelo en la comida.
Yo ya me rendí y terminé por acostumbrarme. Sé que siempre voy a encontrar cabellos míos en la comida o en la comida de los demás.
4. Me mete cada susto.
A veces encuentro pequeñas bolitas de cabello en el piso y mi corazón se detiene porque pienso que son arañas. Creo que mi cabello quiere matarme de un infarto. Estas sí son arañas, pero así veo yo a la bolita de pelos.
5. La coladera del baño nos odia.
Simplemente está en contra de nosotros, es como un cadenero en un bar. ¡No deja que mi cabello pase a través de ella! Obvio se tapa cada vez que me baño.
6. Ataca a mi novio.
Mi cabello siempre termina en la boca de mi pobre novio cuando él intenta besarme.
7. Mi mano y él no se llevan bien.
No sé si haya mujeres a las que no les pase esto, pero yo no puedo pasar la mano por mi cabello. Siempre termina atascada en algún nudo. Yo no puedo hacer esto:
8. Odio alaciarlo o rizarlo.
Pierdo horas valiosas de mi vida, mis brazos terminan sin sangre por estar tanto tiempo arriba, pero vuelvo a hacerlo una y otra vez. Creo que soy masoquista.
9. Siempre me arrepiento de cortarlo.
Vivo con ganas de experimentar con mi look, lo he cortado mil veces y siempre termino arrepintiéndome. Pero una vez que está largo lo vuelvo a hacer, es como un círculo vicioso del que no puedo escapar.
10. Odio que este maltratado, pero amo pintarlo.
Odio que las puntas parezcan una escoba, gasto mucho dinero en tratamientos. Sé que pintarlo o someterlo a la secadora y a la plancha lo ocasiona, pero no puedo dejarlo, es como una droga.