¿Por qué 21 días? Porque tu cerebro necesita al menos 3 semanas para dejar de sabotearse, y tu cuerpo, 21 días para decir: “ah, ok, ¿esto es en serio?”.
Además, es lo justo para notar cambios.
Semana 1: “Reset total”
Vas a sentir: Cansancio, pero también alivio. Como cuando limpias tu cuarto y al fin ves el piso.
Objetivo:
- Romper hábitos tóxicos (redes, comida chatarra, pensamientos feos).
- Empezar a moverte 30 min al día.
- Dormir y comer como si te quisieras.
- Soltar a quien no suma.
- Agua, frutas, diario y bloqueador solar.
El primer día vas a querer rendirte. El cuarto, te vas a agradecer no haberlo hecho.
Semana 2: “Ya no regreso a mi versión anterior”
Vas a sentir: Confusión, nostalgia, poder. Como cuando te cambias de look y no sabes si es crisis o evolución
Objetivo:
- Citas contigo misma (cafecito, journaling, podcast).
- Cuidar tu mente: menos queja, más gratitud.
- Decir no. Sin explicación.
- Empezar a verte en el espejo sin odio.
- Reconectar con tus sueños olvidados.
Vas a llorar por cosas que no sabías que aún dolían… y se va a sentir como quitarte piedras del alma.
Semana 3: “Me amo y se nota”
Vas a sentir: Confianza rara pero deliciosa. Como cuando no necesitas filtro porque ya estás brillando.
Objetivo:
- Reafirmar lo aprendido.
- Visualizar tu nueva era (literal, haz moodboards).
- Consentirte sin culpa (baños largos, skincare, moverte sexy en tu sala).
- Celebrar avances (sí, hasta tomar agua cuenta).
- Decidir cómo quieres vivir tu vida ahora que ya no te vas a abandonar.
No vas a querer volver a lo de antes. Y si vuelves, vas a notar lo incómodo que se siente encoger tu alma.
¿Qué vas a notar al final?
- Te vas a ver más guapa (aunque no hayas comprado nada).
- Vas a dormir mejor.
- Se te va a ir el antojo de gente que no te merece.
- Tu energía va a estar más arriba que tus expectativas.
- Te vas a sentir más tú.