Aceptar convertirte en una amiga con derechos es una decisión un poco complicada; más allá de dar mi punto de vista sobre si creo que es correcto o no, debo darte unas cuantas recomendaciones sobre las reglas que debes tener claras si es que estás de acuerdo con esta idea.
Esto lo hago para que no termines lastimada o en problemas por no haber analizado antes todo lo que implica estar en una ‘relación’ de este tipo… ¡Suerte!
No son exclusivos
Él puede salir con quien quiera, el día que quiera.
No tiene por qué decirte en dónde o con quién está…
En pocas palabras: No tiene por qué darte explicaciones.
Puede terminar su relación contigo de un momento a otro y sin remordimientos (y tú no te puedes enojar)
Esto siempre sucede cuando alguno de los dos decide comenzar algo ‘serio’ con otra persona.
Tienes prohibido decirle estas frases:
Te amo, no puedo estar sin ti, cada día me gustas más, te extraño… Y cualquier otra que demuestre que lo que sientes por él va más allá de la lujuria y perversión (jaja).
¡No se comporten como si fueran pareja!
¿A qué me refiero? Es sencillo: No le hagas cartas, no sorpresas “tiernas”, no se la pasen hasta las 3 de la mañana hablando por teléfono, etc…
No le pidas “permiso” para hacer cosas
Si quieres ir a una fiesta sin él, si quieres ir al cine con otro amigo, etc… ¡hazlo y ya! No hay por qué pedirle su aprobación.
No tienen por qué verse diario
Solo véanse cuando tengan ganas de pasar un rato ‘romántico’ o cuando ambos estén aburridos ¡y ya! No tienen por qué pasar más tiempo del que no necesitan juntos.
No le cuentes cosas personales
Podría sonar “feo” pero ambos deben tener claro que lo que ustedes tienen es sólo diversión y nada más. Ninguno de los dos tiene por qué contarse cosas más profundas que pasen en sus vidas y que después puedan ser usadas en tu contra.