Algo le pasa a nuestra generación que odia o simplemente no le llaman la atención las bufandas. No importa si la temperatura está a dos grados de congelarnos los pulmones, no nos ponemos una bufanda ni locas; como si arruinara nuestro look o nos hiciera ver anticuadas ¡yo qué sé! El punto chicas, es que nos estamos perdiendo de un accesorio que además de mantenernos calientitas, le da muchísimo estilo a cualquier outfit.
Pero ¡ojo!, no se trata sólo de enrollarla en el cuello como si de un collarín se tratará, sino de hacerlo con estilo para no afectar en absoluto nuestra imagen. Checa estas opciones y por favor esta temporada úsalas más seguido, te van a encantar.
Si usas las bufandas de este modo, cubrirás más piel y pasarás menos frío. Y si colocas una chamarra encima, luce realmente lindo.
Si te gusta usar bufandas de esta manera, te recomiendo que lo hagas con aquellas que sean largas y no cortas como esta.
En mi opinión las bufandas largas, grandes y gruesas son las mejores. Tienes mucha más tela para maniobrar y puedes lucir así.
Si no hace demasiado frío y quieres que mientras luzca como accesorio, esta es la mejor manera de usarla.
Ponla de ladito para lucir más formal y profesional.
No tienes que apretarla como si de una correa se tratara, también puedes salir con ella de manera más holgada.
No la enrolles por completo en tu cuello como si de un collarín se tratará. Deja que cuelgue al menos un poco.
Si la bufanda es cortita y no hace tanto bulto, puedes cerrar tu chamarra y meterla ahí.
Por lo que más quieras no la enrolles así, se ve cero estética.
Si quieres enrollarla por completo, busca una bufanda muy ancha y que te de este efecto.
O bien, también existen cuellos que suplen esta función.