Creer que lo que una dice es la verdad absoluta y que todos los demás son unos estúpidos, no sólo daña a uno mismo (a) sino todo lo que nos rodea. Alguna vez platicando con una persona muy inteligente, llegamos a la conclusión que cuando una persona cree que el mundo le debe pleitesía es porque esa persona en realidad tiene conflictos internos que resolver.
No creo que toda la gente debe de estar de acuerdo con lo que una dice, incluso la pareja, amigos y familiares. Gracias a Dios, al Universo o en lo que ustedes crean, somos diferentes y esa diferencia nos enriquece. Entonces, ¿por qué quitar la estima a alguien que no está de acuerdo contigo? ¿Por qué condicionar una amistad o relación a empatar pensamientos? ¿Por qué no respetar eso y seguir con la vida de una? ¿Por qué esas ganas de tener siempre la razón?
Yo siempre he dicho que no hay nada más sano que cada quien haga lo que le venga en gana. No se puede controlar la vida de los demás. Cada quien es libre de pensar y hacer lo que le parezca mejor, y si eso desagrada a alguien esa persona no tendría por qué tomarlo personal (si lo hace es bronca de él o ella).
Esas personas que quieren que el de enfrente haga todo cuando ellos dicen y como ellos dicen, deben de ser tratadas con cuidado porque nos pueden enfermar. La mayoría hemos sabido de mujeres y hombres que empiezan una relación y al poco tiempo ya son una persona diferente a la que conocíamos. Se mimetizan, consciente o inconscientemente.
En todas las relaciones que tengamos hay que establecer bien quienes somos nosotras. No digo que siempre hay que llevar la contraria a todo, pero si tener claro aquello que es inadmisible o atenta contra lo que tú eres. Nadie tiene el derecho a decirte que vives la vida mal, sólo porque esa persona no le “parece” tu forma de vivir. Hay que ser críticas de nuestra propia vida saber que nos hace felices y qué no.
No podemos vivir en la infelicidad sólo porque el de enfrente esté bien.