Desde que somos pequeños la sociedad nos mete en la cabeza que lo mejor para nuestro futuro es seguir el tradicional y “correcto” camino de cursar una carrera universitaria para asegurar un futuro y ser “alguien” en la vida.
Desde que era más joven, nunca me agradó la mentalidad (a veces conformista) de la mayoría de mis profesores, los cuales en vez de motivarme e impulsarme, sentía que sólo me estancaban. Fue entonces cuando entendí que lamentablemente la educación no se ha adecuado ni adaptado al ritmo tan rápido en el que la vida corre, y siguen enseñando con métodos prehistóricos que provocan que al salir de la carrera sientas que no sabes nada.
A mí jamás me interesó ser médico o algo por el estilo, así que nada me obligó a cursar la universidad. Mi sueño era viajar, divertirme y vivir la vida como a mí me pareciera correcto. A los 17 años decidí dejar la escuela sabiendo muy bien que mi mayor reto iba a ser enfrentarme a mí misma.
Hoy, 10 años después, te contaré por qué creo que fue la mejor decisión que pude haber tomado.
No tuve qué intentar quedar bien con profesores odiosos.
Muchos profesores te reprueban porque les caes mal, les gusta que les ruegues y que te arrastres por una calificación, pero afortunadamente yo no tuve que lidiar con ellos.
Puse mi propio negocio.
A los 18 años comencé mi propio estudio de diseño. Éste me hizo inmensamente feliz y me dio para vivir bastante bien. Si hubiera seguido en la escuela no hubiera tenido tiempo para sacarlo adelante.
He ahorrado mucho dinero.
Aún recuerdo que debía gastar al menos 50 pesos en el transporte a la universidad. Esto al mes eran 1,000 pesos y al año 12,000 (sin contar comida ni gastos en útiles escolares).
He podido viajar a muchísimos lugares.
Gracias al trabajo, a la suerte y a que he podido ahorrar, a mis 22 años pude pagar mi primer viaje a Europa. Aún recuerdo lo feliz que me hacía sentir estar sentada frente a la Torre Eiffel tomando un café, en vez de estar sentada en el salón de clases con una pluma en mano viendo a mi profesor de la Universidad.
No haber ido a la Universidad me ha hecho más humilde.
Hay personas que por ser Ingenieros, Licenciados o Doctores, sienten que valen más que otras personas. Yo comprendí que una persona vale por los valores e ideas que tiene, y no por vivir en un mejor colonia, por traer mejor auto o por tener más dinero.
Un papel no me dirá que soy buena para hacer algo o no.
La verdad no pensaba pasar 5 años de mi vida estudiando una carrera que ni quería y que al terminar sólo me darían un papel con un número que me acreditaba y me daba permiso para realizar alguna actividad. Yo creí más conveniente saltarme esos años.
Soy dueña de mi tiempo y vida.
Si hoy quiero desvelarme viendo una serie, mañana salir a la playa o ir con mis amigos a tomar un café, puedo ajustar mis tiempos e ir sin problema alguno. No hay nada más preciado que ser dueña de tu propio tiempo y vida.
He trabajado de 10 cosas diferentes y divertidas sólo por hobbie y para aprender.
¿Por qué ser solo una cosa cuando puedes ser muchas?
Gracias a que no fui a la escuela hoy puedo decir a mucha honra que tuve tiempo para trabajar de barista, sirviendo helados, mesera, secretaria, diseñadora gráfica, de animadora en un crucero, decoración de interiores y dando clases de música.
No porque no vaya a la Universidad quiere decir que no estudié.
Uno de los más grandes prejuicios que tiene la gente al enterarse de que no tienes carrera universitaria, es que piensan que eres una vaga, ¡y vaya que están equivocadas! En lo personal tomo cursos para aprender actividades que en verdad me gustan, leo bastante y siempre estoy al pendiente de qué puedo hacer para que mi mente se mantenga activa.
Nota y aclaración: No estoy diciendo que sea una tontería cursar una carrera, ¡para nada! Mi historia y mi forma de pensar puede ser muy diferente a la tuya y ambas podemos estar en lo correcto. La única intención que tengo es motivar y hacer entender que antes de pensar en tener dinero o estatus ante la sociedad, debes pensar en qué te hace feliz y seguir ese camino para toda la vida sin importar lo que los demás piensen de ti.