¿Tienes problemas de ira? Bienvenida al club. Aquí no te voy a decir “respira y cuenta hasta 10”, porque cuando estás al borde de explotar, lo último que quieres es contar. Aquí lo que sí funciona:
Golpea una almohada o grita en el carro
La almohada no te demanda y el coche es la cabina del desahogo. Grita, patalea, ruge. Saca ese monstruo.
Baila como si el piso fuera lava
Pon música fuerte y brinca, mueve la cabeza, zapatea. Que tu cuerpo sea el exorcista de tu propio coraje.
Corre o salta sin sentido
Corre como si te persiguiera el SAT. Salta como niña hiperactiva. A veces el enojo es pura energía estancada que pide salida.
Aplasta algo
Pelotita antiestrés, plastilina, naranja, lo que sea. Apretar libera tensión. Y si se revienta, pues jugo gratis.
Escribe lo que te enoja y destrúyelo
Suelta todo en una hoja: groserías, insultos, verdades venenosas. Después rómpela, quémala, tritúrala. No es brujería, es catarsis.
Haz ejercicio como si te debieran dinero
Corre, boxea, haz burpees. Suda hasta que tu enojo salga en forma de gotas. Tu cuerpo necesita sacar lo que tu boca no puede sin quemar relaciones.
Báñate con agua helada
Shock directo al sistema nervioso. Te corta el drama, te baja dos rayitas y te regresa al presente.
Haz EFT Tapping
Golpecitos en puntos del cuerpo. Suena ridículo, parece sketch de TikTok, pero calma. Busca un video y prueba.
Respira como Jedi
Método 4-7-8: inhala 4 seg, sostén 7, exhala 8. Hazlo tres veces. Si no se va el enojo, mínimo ya te mareaste y se te olvidó.
Pinta como loca
Colores fuertes, trazos enormes, rayones. Deja que tu enojo se exprese con crayones en vez de con gritos.
Pregúntate: ¿qué me dolió de verdad?
El enojo casi nunca es solo enojo. Es dolor con máscara. Escríbelo: ¿qué te hizo sentir pequeña, ignorada, menos? Ahí está la raíz.
El enojo no es malo. Guardártelo sí lo es. Antes de explotar y arruinar algo (o a alguien), convierte esa lava en fuego útil. Sí, estás enojada, pero también estás viva. Y eso ya es poder.