Cosas que solo entiendes si te ha tocado ser el mal tercio

Todos hemos sido el accesorio humano en una cita ajena. frente a una pareja enamorada, deseando que te trague la tierra y te escupa en TULUM

1. Hacerte amig@ del mesero como si fueras local del lugar

Porque es el único que no se está comiendo con los ojos a su pareja. A veces hasta te lanza miradas de “ánimo, campeona”. Si te esfuerzas, igual te cae un postre gratis por lástima.

2. Analizar la decoración como si fueras juez de “La Casa de los Famosos”

Cortinas de tía solterona, cuadros de artista frustrado, focos vintage que no iluminan nada… y tú narrando todo mentalmente como experta en diseño, porque no hay nada más que hacer.

3. Fingir que estás cerrando tratos internacionales desde el cel

Esa cara de “estoy resolviendo una fusión de empresas” mientras en realidad solo estás jugando Candy Crush o viendo memes tristes. Alta actuación. Oscar al mejor papel secundario.

4. Narrar la cita en tu cabeza como si fueras la conductora de “Ventaneando”

“Aquí podemos ver a Mariana tocándole la mano a Diego, mientras él ríe nerviosamente… ¿Será que ya pasó algo?” Es como estar en un reality show, pero sin paga ni camerino.

5. Ver cuántos vasos de agua puedes tomar sin hacer pipí

Un reto silencioso: mantenerte hidratada, distraída y con las manos ocupadas. Nivel experto: hacer sonar el hielo para incomodar.

6. Memorizar el menú como si tuvieras examen de gastronomía

¿Sabías que el risotto lleva caldo caliente en tandas? ¿No? Pues ahora lo sabes. Cultura culinaria ganada por convivencia forzada.

7. Jugar a “Quién está más enamorado y quién está fingiendo”

Spoiler: a veces el más cursi es el que más oculta algo. Tú observando todo como científica del comportamiento humano. Si esto no es Discovery Channel en vivo, no sé qué lo sea.

8. Hacer tu lista mental de pendientes de la vida

“Comprar suavizante, dejar de textear al tóxico, empezar la dieta, bloquear al ex, iniciar 0nly…” Productividad bajo presión social.

9. Imaginar que tu crush entra al restaurante y te rescata

Plot twist cinematográfico: entra, te ve, te salva. Final alternativo a esa tortura emocional en tres tiempos. No pasa, pero tú lo viviste en tu cabeza.

10. Ser la fotógrafa oficial no oficial

Te dan el cel, posan enamorados, y tú ahí: click, click, con sonrisa de “sí claro, yo feliz de capturar su amor mientras me marchito por dentro”.

Ser el mal tercio no es un castigo… es un entrenamiento. Para la paciencia, para la actuación, para la introspección… y para no volver a decir que sí a planes “de chill” con parejitas.

¿Te ha pasado? Compártelo con tus amig@s para que nadie vuelva a caer en esta trampa