A mis 16 me iba a ir de mi casa por culpa de mi madrastra e hice esto…

No voy a mentir… hubo un momento en el que hacer mi maleta y largarme parecía la única salida. La relación con la esposa de mi papá era insoportable y él, en vez de mediar, se hacía el ciego. No me sentía escuchada ni valorada, y la idea de vivir así hasta cumplir la mayoría de edad me angustiaba demasiado.

Pero, en lugar de huir, decidí intentar algo diferente: trabajar en mí. Sabía que no podía cambiar ni a mi papá ni a su esposa, pero sí podía decidir cómo iba a manejar la situación. Si tú también te sientes atrapada en una relación así, estos 8 tips podrían ayudarte:

  1. Acepta lo que no puedes cambiar. Deja de esperar que ellos reaccionen como quisieras. La frustración crece cuando pones tus expectativas en los demás. Enfócate en ti y en cómo responder, no en cómo esperas que ellos se comporten.
  2. Crea tu propio espacio seguro. Encuentra un rincón en casa donde te sientas tranquila. Decóralo, hazlo tuyo. Ese lugar puede ser tu refugio cuando necesites desconectar.
  3. No te enganches en cada discusión. No tienes que responder a cada provocación. Aprende a identificar qué batallas valen la pena y cuándo es mejor guardar silencio por tu paz mental.
  4. Desahógate, pero en el lugar correcto. Hablar con amigos o escribir en un diario puede ayudarte a liberar lo que sientes sin causar más tensiones en casa. Guardarte todo solo empeora las cosas.
  5. Pon límites con respeto. Defiende tus derechos sin ser grosera. Si algo te incomoda, exprésalo con calma. Por ejemplo: “Prefiero que me hables de esta forma” o “Me gustaría que respetaras mi espacio”.
  6. Enfócate en tus planes personales. Estudia, aprende algo nuevo, haz deporte o desarrolla un talento. Tener metas propias te ayudará a sentirte realizada y a no depender emocionalmente de la aprobación de otros.
  7. Construye una red de apoyo. Rodéate de personas que te escuchen y te entiendan. Puede ser una amiga, un familiar cercano o incluso un terapeuta. No tienes que pasar por esto sola.
  8. Recuerda tu valor. No dejes que la indiferencia de los demás defina lo que vales. Eres suficiente, mereces ser escuchada y mereces paz, aunque los demás no te lo reconozcan.

Sé lo difícil que es sentirte sola en tu propia casa, pero créeme: cuando te enfocas en ti, todo cambia. No porque ellos cambien, sino porque tú te vuelves más fuerte. Y a veces, esa fuerza es lo único que necesitas para seguir adelante.