Ser mamá soltera a los 18 años ha sido mi más perfecto “error”

Hace poco menos de un año recibí la noticia de que iba a ser mamá y desde ese momento mi mundo cambió radicalmente. En un principio pensé que sería el fin de mi vida, pero hoy que tengo a ese hermoso bebé a mi lado, tengo que contarte la historia de por qué ha sido mi más perfecto “error”.

Si también eres mamá joven seguramente te vas a identificar.

Hace 1 año me consideraba una mujer independiente, rebelde y dispuesta a hacer lo que yo quisiera con mi vida. El mundo era mío y podía hacer lo que yo quisiera con él, pero había un pequeñito problema, también estaba muy enamorada de un hombre 10 años mayor que yo, y lamentablemente pensé que él era el amor de mi vida. Qué raro, ¿no?

En tan solo 3 meses él me bajó la luna y las estrellas con palabras bonitas que lograron que mi corazón cayera rendido a sus pies y mi cuerpo rendido en su cama. Sí, tuve relaciones con él en varias ocasiones y la mayoría de las veces no me protegí, ya que pensé que no pasaría nada.

Pasó el primer mes y mi periodo no llegó. Fue curioso porque varias veces soñé que estaba embarazada y cosas relacionadas con bebés, pero jamás entré en pánico. De hecho sólo creí que me estaba sugestionando y preferí mantenerme relajada, ya que llegué a pensar que el retraso podía deberse al estrés por el que estaba pasando. Después llegó el segundo mes y me di cuenta que aún no me bajaba, así que fui directo a hacerme una prueba de sangre para salir de la duda.

Pasaron unos días y llegó el momento de abrir esa hoja:

  • Resultado: Positivo.

embarazadaa

Quedé en shock, lloraba de desesperación, tristeza, nervios y posiblemente algo de felicidad. Llamé a mi novio para darle la noticia…

– Oye… Estoy embarazada.

– ¿Qué?

– Lo que escuchaste. ¿Qué vamos a hacer?

– Aborta.  Yo ni siquiera estoy seguro que ese hijo sea mío. Será mejor que ya no me busques.

Creo que con eso se pueden imaginar cómo me sentí, y está de más decirles que en ese momento terminó mi relación con él. Yo sólo podía pensar en que había arruinado mi vida, y peor aún, la de un niño. Fue ahí cuando me di cuenta que yo no era tan rebelde como me creía, sino que sólo era una niña irresponsable que jugaba a sentirse madura y ahora realmente tenía que convertirme en una verdadera mujer.

Esa misma tarde me acerqué a mis padres y en un mar de lagrimas solté la noticia sin pensarlo 2 veces. También confesé que al parecer el tipo no se haría cargo. Sus caras de decepción lo decían todo.

Aunque no estoy en contra del aborto, por mi cabeza jamás pasó la idea de hacerlo. Posiblemente fue porque ya me comenzaba a nacer ese famoso “instinto maternal”.

Después de un par de semanas que sirvieron para que mis papas y yo nos tranquilizamos, traté de contactar al papá de mi hijo para saber si mínimo se iba a hacer responsable por su alimentación. Jamás lo volví a localizar y lo único que supe por medio de sus amigos es que se fue a vivir a otro lugar. Ya me imaginaba que algo así sucedería, así que no fue algo que en realidad me afectara, yo estaba decidida a ser mamá soltera.

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Poco a poco fui entendiendo que ser mamá es el trabajo más difícil que cualquier ser humano pueda ejercer. Debes estar al pendiente las 24 horas, no te pagan por hacerlo y básicamente es para toda la vida.

No voy a mentirles, estar embarazada y ser soltera no es una tarea sencilla, pero después de 9 largos meses por fin había llegado el día en que podría tenerlo entre mis brazos. Me llevaron al hospital y en el momento en que lo vi por primera vez me di cuenta que todas las cosas por las que había pasado valían la pena. Me sentí la mujer más afortunada del mundo.

Tener un bebé cuando menos lo esperas es muy difícil, y más aún si eres joven y no tienes el apoyo del papá.

Déjame decirte que si llegas a pasar por algo similar, tú tendrás la última palabra. En mi caso le agradezco a la vida por todo lo que pasé, ya que gracias a eso cometí mi más perfecto y hermoso “error”.