Toda mujer llega a un punto en la vida (algunas antes, algunas después) en la que empiezas a entender que las opiniones de las personas, son sólo eso, opiniones. Y estas sólo repercuten en tu vida si se los permites. Empiezas a comprender que la decisión al final es tuya, pues tu vida te pertenece a ti y a nadie más.
Uno de los primeros pasos de esta liberación se da en la manera en la que nos vestimos; aunque parezca insignificante, así es. Cada quien tiene su estilo, y estas imágenes son meramente inspiracionales pero poderosas, una declaración que grita ¡No me importa una shit!
Deja que el movimiento de los flecos se adueñe de cada paso en tu vida. No parecerás una vaquera si eliges el color y la forma adecuada.
Un vestido sudadera, medias, calcetas y botas de combate ¿Por qué no?
Cuando has abrazado tu independencia emocional y psicológica, las tendencias en realidad empiezan a valerte gorro y usas lo que te gusta y acomoda. Como las chamarras grandes.
Si no estás de humor para lucir una blusa extremadamente femenina, llena de encaje y figuritas melosas, esta es una solución maravillosa.
Toda de mezclilla, al estilo tomboy. Porque la que es segura de sí misma no necesita mil accesorios femeninos para lucir hermosa.
Y así es como puedes darle la vuelta a un vestido de terciopelo que pensabas no podías usar de manera casual.
He escuchado a muchas chicas decir que no usan calcetas largas porque se sienten “prostitutas”, es de verdad no me lo estoy inventando. Pero cuando te vale lo que los demás piensen, empiezas a ver la belleza en estas prendas llenas de prejuicios.
Dos playeras, overol y cinturón ¿hubieras podido imaginar que se vería tan bien?
Las transparencias comienzan a ser mucho más llamativas cuando estás libre de prejuicios.
Combinar y probar cosas nuevas es parte de este cambio de pensamiento.
Abrazar tu sensualidad y darte cuenta que no tiene nada de malo. Lo único negativo son los pensamientos de gente cerrada que jamás evolucionará.
Date la oportunidad de ser quien eres.