Algo muy bueno tuve que haber hecho en mi otra vida para que en esta, tú me ofrecieras tu amistad incondicional.
Hoy te quiero dar las gracias por todas estas cosas:
– Por contestar mis mensajes en la madrugada cuando te digo que me siento triste por cualquier cosa… Siempre me haces sentir mejor.
– Por aceptarme en tu casa y dejarme comer todo lo que quiera del refrigerador.
– Por prestarme tus sudaderas, gorros, playeras, etc… cuando tengo frío.
– Por no enojarte cuando no te hago caso en algo, siendo que tenías razón.
– Por llorar conmigo en los días más difíciles y reír junto a mí en los más felices.
– Por cuidarme de chicos con malas intenciónes cuando he llegado a beber de más.
– Por regañarme cuando soy necia y quiero hacer algo que en realidad no me conviene.
– Por todas esas veces en las que te llamé llorando y sin dudarlo fuiste a mi casa a consolarme.
– Por enseñarme a pensar también como hombre (me ha servido muchísimas veces).
– Por siempre acompañarme al cine y ver conmigo esa película que nadie más quiere ver.
– Por hacerte pasar por mi novio y alejarme a tipos que no me gustan cuando vamos a fiestas.
– Por decirme la verdad (aunque a veces no la quiera oir).
– Por siempre invitarme con tus amigos.
– Por saber cuándo tratarme como un “chico más” y cuándo como una “princesa”.
– Por contarme abiertamente sobre tus citas, amores, desilusiones, etc… Y confiar que tus secretos estarán a salvo conmigo. ¡Sabes que jamás los divulgare!
– Por siempre levantarme el ánimo y subir mi autoestima en esos días en los que me siento “fea”.
– Por hacerme ver que no todos los hombres son patéticos (como algún día lo creí).
– Porque a ti no te ha importado que más de una vez te digan que estás en la “Friendzone”. Tú y yo sabemos perfectamente todo lo que nos queremos y no hay porqué dar explicaciones a nadie más.
