1. No vas a ser millonaria en 6 meses
Olvídate de los reels que dicen “renuncié y ahora gano 6 cifras”.
La vida real es: inviertes, lloras, dudas, vuelves a invertir, y todavía lloras más.
2. No todo el mundo te va a apoyar
Tus amigos dirán “¡qué chido!”… pero no te van a comprar nada.
Tu familia dirá “échale ganas” mientras espera que consigas un “trabajo de verdad”.
3. Vas a trabajar más que en un empleo normal
Adiós fines de semana, adiós vacaciones.
Tú eres la jefa, pero también la recepcionista, la contadora, la señora del café y la que limpia.
4. El dinero va y viene (más de lo que quisieras)
Un día te cae un pago grande y te sientes Beyoncé… al día siguiente pagas proveedores, luz, internet y te quedas con 37 pesos para gastar a lo DESGRACIADOOO.
5. La competencia es real (y cruel)
Siempre habrá alguien más barato, más bonito, con más seguidores.
La diferencia es que tú no te puedes rendir solo porque alguien copió tu idea.
6. Las redes sociales son tu nueva oficina
Si no sabes venderte, aprenderás. Si no quieres mostrarte en cámara. No es opcional, es sobrevivir o mor1r invisible.
7. El estrés será tu roomie
Incluso si te va bien, tu cerebro dirá: “¿y si todo se va al caño mañana?”
Bienvenida al club.
8. No todo es pasión y propósito
Habrá días que odies tu negocio. Días que quieras quemarlo todo y abrir una tiendita de elotes.
Es normal, no significa que debas rendirte.
9. Emprender no es para todos (y está bien)
Algunos nacen para ser líderes, otros para dormir tranquilos con un sueldo fijo.
Ambas cosas son válidas.
Emprender es como tener un hijo: da trabajo, quita sueño, consume todo tu dinero… pero si lo cuidas, algún día te dará frutos que te harán decir “valió la pena”.