6 cambios que hice para volverme magnética y segura

No fue magia, fue alineación. Me cansé de sentirme desconectada, insegura, apagada. Así que empecé a trabajar con lo que mi cuerpo guardaba: tensión, miedo, y emociones no resueltas.

¿Cómo? Con movimientos somáticos y conciencia sobre los centros energéticos de mi cuerpo. En yoga les dicen chakras. En neurociencia: plexos nerviosos. Da igual el nombre. Funciona.

1. Me dejé de burlar de lo que no entendía

Durante años dije “eso de chakras es pura fumadez”… hasta que me di cuenta de que mi cuerpo hablaba más que mi mente. Lo que no entendemos, muchas veces, es justo lo que necesitamos.

2. Empecé a mover mi cuerpo con intención

No ejercicio por estética, sino movimientos somáticos: estiramientos suaves, respiración, temblores conscientes. El cuerpo guarda el trauma, pero también lo puede liberar si lo dejas hablar.

3. Activé mi energía femenina sin miedo a ser juzgada

La energía femenina no es ser débil ni dependiente. Es intuición, sensualidad, pausa, magnetismo, creatividad. Es dejar de empujar para empezar a atraer. No se trata de género, se trata de balance.

4. Dejé de pensar tanto, empecé a sentir más

El cerebro izquierdo es lógica. El derecho es conexión emocional. Vivía atrapada en el “hacer” y me olvidé del “ser”. Recuperar la intuición me salvó de decisiones vacías.

5. Empecé a hacerme preguntas incómodas

¿Por qué me incomoda la palabra “chakra”? ¿Por qué me burlo de lo espiritual? ¿Por qué necesito tener todo bajo control? Lo que te incomoda, te revela.

6. Liberé mi cuerpo, y mi vida empezó a fluir

Lo físico y lo emocional están conectados. Cuando desbloqueas un centro energético, no solo sueltas tensión… sueltas viejas creencias, personas que ya no van contigo, y empiezas a brillar distinto.

No tienes que creer en todo para empezar a cambiar. Pero sí necesitas dejar de bloquear lo que podría salvarte. ¿Y si tu cuerpo tiene la respuesta que tu mente no quiere aceptar?