Si te estás durmiendo en clase o en el trabajo, no eres floja… solo víctima del aburrimiento extremo. Pero tranqui, aquí van hacks para no terminar babeando el escritorio
1. Café, pero estratégico
No te lo tomes de golpe como si fuera tequila. Ve a sorbitos cada 20 min para que la cafeína no te dé subidón y crash en 5 minutos.
2. Agua helada en la cara
Sí, aunque te mires como zombie mojado. Te reactiva más que el chisme de que van a correr a alguien.
3. Snack crujiente
Semillas, manzana, zanahoria… cualquier cosa que haga ruido y te mantenga masticando como ardilla ansiosa.
4. Cambia de postura cada rato
Si tu cuerpo se pone cómodo, se apaga. Estírate, cruza las piernas, ponte de lado, finge que buscas algo en la mochila.
5. Mueve las manos o pies
Golpea suavemente el piso con el pie o juega con un bolígrafo. Es como engañar a tu cerebro para que no entre en modo hibernar.
6. Respira profundo
Inhala, exhala… no es yoga, es oxígeno entrando para que no te desmayes del sueño.
7. Haz contacto visual
Mira a la persona que habla (o finge interés). Es más difícil dormirte cuando alguien cree que lo estás escuchando.
8. Distráete con micro-tareas
Anota, dibuja, subraya, haz listas mentales de la compra… mantén la mente activa en algo pequeño.
9. Ponte frío en las muñecas o nuca
Un pañuelo con hielo o una botellita fría. Despierta hasta al más muerto.
10. Evita comer demasiado antes
Si almuerzas como si fuera boda, el sueño post-comida te va a matar. Come ligero y deja la comilona para después.
Al final, la meta no es que ames madrugar o que dejes de odiar las juntas eternas… es que llegues viva (y despierta) a la hora de salida. Porque sí, dormir es delicioso, pero que te corran por babear el escritorio… no tanto.