Tuve un bebé a los 17 años y no arruinó mi vida

¡Hola! hoy les traigo un artículo especial, y es que es creación 100% de una eslamodita como ustedes que abrió su corazón para romper los estereotipos que se tienen acerca de las mamás jóvenes. En esta vida hay que conocer y respetar ambos lados de la moneda, y esta es una historia de la que todas podemos aprender.

Para la mayoría de la gente, la maternidad a temprana edad es un tabú. Los padres educan a sus hijos sobre el tema para prevenirlo y no para afrontarlo, en especial cuando tienen hijas. A mí también me educaron sobre el tema y me inculcaron cosas aún más importantes que esas, desde modales y valores, hasta cómo afrontar todo tipo de situaciones.

young mother

Todo comenzó cuando me estaba preinscribiendo en una de las muchas universidades en las que aspiraba a entrar. Recordé que mi muy irregular periodo se había retrasado más de lo normal, así que compré una prueba de embarazo.

Al llegar a mi casa recuerdo que me hice el test y lo dejé en la tapa del inodoro y seguí haciendo otras cosas mientras pasaba el tiempo; pasaron horas antes de que lo revisara y para mi sorpresa fue positivo. Me recosté en la cama y pensé durante horas ¿cómo se lo diría a mis padres? ¿cómo reaccionaría mi novio? ¿qué haría yo? La verdad es que nunca pensé en abortar, esa idea no pasó por mi mente en ningún momento. Así que, llamé a mi novio, quien se alegró mucho… yo me sentía bendecida pero confundida.

teen mom

Tenía el mejor promedio de mi clase, en ese momento no lo sabía pero me habían asignado un lugar en una de las mejores universidades, no fumaba, no bebía, no iba fiestas, no me drogaba. Nada, mi vida era estudiar, estar en casa, mi relación y mis mascotas; nada más complicado que eso. A mis 16 años afronté la noticia de que sería madre, lo afronté por amor a ese pequeño a quien hoy en día beso cada mañana al despertar.

Al pasar por la calle frente la gente, podía ver sus caras y saber lo que pensaban, que era una promiscua, alguien a quien no se le inculcaron valores. Quizás pensaron que mi hijo sería un niño que vendría a sufrir a causa de que no tendría una buena madre, que era posible que yo no supiera quien era el padre. Pero no, su padre (mi primer amor) adoró a este niño desde que supimos que existía, nos apoyó y lo ve crecer. Yo estudio en la universidad a la que deseaba entrar, mi hijo está sano y crece cada día más con el amor de su familia.

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Así que no se trata de cómo te vean las personas, porque todos aquellos que se atrevieron a juzgarme no saben lo mucho que amo a mi hijo, no saben lo feliz que me hace y tampoco que él no cambio mi vida porque la vida me la dio él al nacer.

Entonces, ser una mamá adolescente no es ser una perdida. Hoy tengo 17 años y soy capaz de criar a mi pequeño y prepararlo para ser un hombre, un hombre de verdad. Sí se puede, la dificultad de la vida depende de qué ángulo la veas.

Toda mujer puede tener hijos pero muy pocas sabemos ser madres.

Escrito por Jeiko.