Si eres hija única, quizá más de una vez te sentiste mal por no tener un hermano o hermana en la lucha con tus papás, o por esas veces cuando todos hablan de sus hermanos y tú solo escuchas la conversación. Hay veces en que las chicas necesitamos a alguien con quien charlar de vez en cuando y hasta algunas veces adoptamos a una de nuestras bestties como hermanas o a tu amigo el friendzoneado como hermanito.
El punto es que ¡no hay que sentirse mal! Ser hija única es de lo mejor que pudo haberte pasado, serlo trae muchísimos beneficios, por ejemplo:
No tienes que cuidar a tus hermanitos cuando tus padres no están
Créeme si te hubiese tocado ser la hermana mayor, cuidarlos sería un fastidio, sin mencionar que tienes que comportarte súper bien por “dar el ejemplo”.
Maduras más rápido
Enserio, las hijas únicas que desde chiquitas estuvieron rodeadas de adultos como tus padres o abuelos, aprenden a comportarse como tal más rápido.
Te libraste de tus hermanos mayores asusta novios
Aunque muchos hermanos mayores no lo admitan, son súper celosos o a veces sólo para molestar molestan a tu chico o a ti.
Tus padres no te comparan con nadie
¡Tomen eso papás! No hay un hermano mayor para que te digan “Deberías seguir sus pasos” o uno menor para que te reprochen “Aprende de tu hermano que es más chico que tú”.
Los juguetes eran todos para ti
Todos los juguetes te pertenecían, no había hermanas que las perdieran o hermanos que las maltrataran para molestarte ¡Siempre tuyos!
¡Nadie toma tu ropa prestada!
Yo a veces escucho a mis amigas diciendo “Me iba a poner tal vestido chulísimo que me compré, pero mi hermana lo agarró…” y se pone peor “…y lo llenó de salsa”.
Tus juguetes y tu ropa siempre fueron nuevos
Nada de cosas heredadas, con ropa pasada de moda o juguetes desgastados y viejos, siempre estrenabas.
Apenas hay problemas en tu casa
Los hermanos pueden crear muchos conflictos contigo o con tus padres, así que los únicos conflictos son los tuyos con tus padres y como eres hija única, sus corajes contigo se les pasan rápido.
Jamás compartiste cuarto con nadie
Da gracias a la vida por que no tuviste que soportar ropa ajena en tu cama, ronquidos en las noches, platos de comida, música que no te gusta a todo volumen u otras cosas de ¡Iuug!
Ves en la televisión lo que te plazca
No tienes que tener esa lucha infinita por el control remoto (bueno quizá con tus padres), pero nada de ver cosas de hermanitos como Peppa Pig o cosas de hermanas pubertas como Acapulco Shore.
Siempre fuiste, eres y serás la consentida de tus papás, pues… no hay competencia.