Confesiones de una chica sin hermanos

Ser hija única en definitiva tiene sus ventajas, sin embargo hay un lado triste en esta situación del que no muchas se atreven a hablar. Pero una eslamodita como ustedes nos envío su sentir a cerca de este tema, esperando que muchas chicas logren identificarse.

Y esta es su historia…

No tengo hermanos, y sigo sin entender por qué algunas personas dicen: ”que bien la has de pasar siempre”. La verdad es que yo no logro encontrarle el lado bueno a estar sola siempre. Por ejemplo, mi infancia no fue de las mejores, siempre esperé que de boca de mis padres salieran las palabras: ”tu mamá está embarazada” o lo típico ”tendrás un hermanito”.

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Pero cuando por fin las escuche, el final no fue el que yo esperaba. Tenía 8 años, y mi mamá pronunció la tan esperada frase, debo confesar que mi mundo se llenó de alegría al pensar que tendría a alguien con quien compartir mis juguetes, mi ropa y mil historias. Pero las cosas dieron un giro inesperado cuando mi mamá me contó que había perdido al bebé con tan sólo cuatro meses de embarazo.

No nos quedó de otra más que seguir con nuestras vidas a pesar del dolor, los años pasaron  y mi mamá quedó embarazada por segunda vez, cuando yo tenía casi 12 años. Después de tanta espera y noches enteras sin dormir, esperaba con ansias que naciera para abrazarlo y llenarlo de amor, pero desgraciadamente la historia se repitió.

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Nunca supe lo que era correr hasta que te cansabas y caías por culpa de un empujón de tu hermano, nunca supe lo que era echarte la culpa para que tu mamá no regañara a tu compañero de aventuras, llegar de la escuela y jugar con alguien, tener alguien en quien confiar, o alguien con quien pelear por tonterías.

Es muy duro ser hija única, así que si tienen la fortuna de tener hermanos, nunca digan cosas tontas como: ”sería lindo ser hija única” . No tiene nada de lindo llegar a casa y estar siempre sola, espero y esto también les sirva a las personas que si tienen en quien confiar, hablar y jugar porque hay muchas personas que moriríamos por estar en su lugar.

Escrito por: Estrella Sortillón.