Ojalá supiéramos cuándo será la última vez que vemos con vida a una persona…
Estaría bien mirarlo a la cara y saber si la vida nos dará otra oportunidad para compartir palabras, momentos o dar simplemente un último beso, y no quedarnos con las ganas de poder demostrarle más. Justamente a eso me refiero, por favor antes de marchar déjame darte un beso tan cargado de sentimiento que sea capaz de mantenernos unidos hasta que el futuro nos vuelva a juntar.
Cierro los ojos y sueño con cogerte de la mano, apretarte bien fuerte, sentirte, mirarte a los ojos y grabar esa mirada a sabiendas de que ya no habrán más. Quiero intentar hacerme a la idea de que te vas, que ya no te veré más, pero no puedo. Pido sólo despedirme de ti, en esta tierra, consciente, quererte consciente, mimarte consciente y cuidarte consciente, como al que más.
No, no quiero esto que me ha pasado a mí para nadie más. Es odioso verte reír y disfrutar con ganas, bien sano y al día siguiente tener que hacerme a la idea de que ya no estás. Que el destino juegue sus cartas, pero que avise antes de tirar. Es todo tan injusto para el que merece más…
Ahora sólo quiero pedirte que no dejes de brillar, que nunca se apague tu estrella, y que con el paso de las noches te diferencies del resto de astros un poco más. Déjame perseguir tu rastro con mi mirada y permíteme también sentirte cerca, como si nunca te hubieras ido, y recurrir a ti como de costumbre para hablarte y saber cómo estás. Prométeme que te cuidarás.
Estrella nuestra, no nos dejes nunca, no nos sueltes nunca, cuidanos más que nunca y no te vayas más. Suena casi a imposible pero hazte con cada luna notar, no tengo miedo, estoy segura que tu beso de cada noche no me faltará.
Hay vacíos imposibles de llenar, recuerdos imposibles de borrar, y amores imposibles de olvidar. Y tú, tú eres uno de esos que, sin estar, siempre estará.
Gracias a: Un Rincón Maravilloso