¿Te dijeron que “no eres apasionada”?… Que “te cuesta disfrutar”… Que “algo te pasa”… Y tú, en silencio, empezaste a creer que tú eras el problema. Que quizás estabas rota. Que no eras como “las demás”.
Pero hoy vengo a decirte algo que puede cambiarlo todo:
No eres frígida. Estás desconectada emocionalmente de ti.
Y eso, aunque duela, tiene solución.
1. No estás fría. Estás desconectada de lo que realmente deseas
Tal vez llevas tanto tiempo priorizando lo que él quiere, lo que él disfruta, lo que a él le gusta… que te olvidaste de ti.
Y cuando no estás incluida, es lógico que no sientas nada.
Tú también mereces sentir. No estás ahí solo para cumplir expectativas.
2. No te excita lo físico porque lo emocional está roto
No hay deseo cuando hay dudas.
Cuando no te sientes segura, cuando te juzgas, cuando no te sientes amada de verdad…
es normal que tu cuerpo se apague.
El cuerpo no responde donde el alma se siente incómoda.
3. Estás tan acostumbrada a fingir, que ya no sabes qué se siente real
Quizás llevas tanto tiempo actuando que todo se volvió automático.
Respondes lo que se espera, sonríes como debes, haces lo que crees que “toca”.
Pero tu deseo no vive en la rutina. Vive en tu autenticidad.
4. Te sientes juzgada hasta por ti misma
Te preguntas: “¿seré normal?”, “¿será que tengo algo mal?”, “¿por qué no lo disfruto como las demás?”
Y en ese autojuicio, apagas cualquier posibilidad de disfrutar.
No estás mal. Solo estás dolida, bloqueada o cansada de fingir placer donde no hay conexión.
5. El deseo real nace del amor propio, no de la obligación
Cuando te reconectas contigo, con tus emociones, con lo que tú quieres (no lo que esperan de ti)…
Ahí es cuando todo cambia.
Tu cuerpo no está roto. Solo está esperando que tú también lo escuches.
💬 Deja de llamarte “difícil”. Deja de cargar con vergüenza lo que nunca fue tu culpa.
Tu deseo no está muerto. Solo está esperando que tú te reconectes contigo. 🖤