El tráfico ya es cosa de todos los días, de eso no hay duda. Pero por favor no pierdan la cabeza y menos la dignidad, Aún ahí hay que cuidar el porte, a menos que quieras verte realmente naquísimo. Si no has hecho nada de esto, te apuesto a que has visto a alguien hacerlo.
Sacarse los mocos. Ya sea que se suenen la nariz con un pañuelo o se piquen con el dedo. Lo peor del asunto es que lo revisan después de sacárselo. Ahhh, y no falta los que se apachurran la nariz con el dedo gordo, echan aire fuertísimo y asquerosamente todo sale disparado por la ventana.
Cortarte los pelos de la nariz. ¡Asco!
Nada más anda viendo qué le compra a los vendedores y obvio hace más tráfico.
Se baja del carro a sacar algo de la cajuela. Según el muy rápido pero siempre los de adelante terminan avanzando y él sólo se gana unos cuantos pitazos con el claxon, lo peor es que le termina mentando su mamá a todos.
Si andan muy cansados y hay mucho tráfico, se orillan y se estacionan en un lugar para personas con discapacidad para dormir un rato.
Escupen. ¡Arghh! no hay cosa que más odie.
Le ponen estampas con groserías súper vulgares a sus automóviles en la parte de atrás.
Te comienzan a pitar para que avances cuando ni siquiera se ha puesto la luz verde del semáforo.
Echan las luces altas si es que no te mueves para dejarlos pasar. ¡Odiosos!
Se rasuran y no ponen atención. Uff lo he visto tantas veces, especialmente en el tráfico matutino.
Cachondear con su acompañante. El carro no es lugar para cachondear y menos si todos estamos parados. He visto cada cosa…
Irse maquillando. El problema está en que esa persona puede ocasionar un accidente.
Se come sus “pepitas” o “semillitas” mientras escupe la cascarita por la ventana.
Ver revistas amarillistas o mega vulgares.
Selfies selfies y más selfies. Como si su contactos no estuvieran hartos de diario ver sus fotos que dicen: “Aquí en el trafico”.
Inventa una plática con alguien en voz alta mientras se mira el espejo.
Va hablando por celular o viendo videos según él “con precaución”.
Canta a todo volumen creyendo que nadie le escucha. Tienen la música tan fuerte que gritan para escucharse ellos mismos, pero todos lo que estamos fuera estamos escuchando su pésima entonación.
Baila muy “sexymente” o comienza a practicar sonrisas (poses) mientras se mira en el espejo. ¡Qué oso cuando se dan cuanta que alguien los estaba viendo!
Si todo el tráfico está parado, ellos te voltean a ver desde su auto y no te quitan la mirada pensando que así te van a ligar. ¡Es incómodo!
Los choferes de autobuses (principalmente) no les importa parar a todos los automóviles que vienen atrás, simplemente para ponerse a platicar con su “compadre” de autobús a autobús.
