1. Dejar esa relación que te drena
Sí, lo quieres. Pero también quieres llorar menos, dormir más y dejar de sentirte loca cada 3 días. A veces soltar no es perder… es sobrevivir.
2. Irte de casa aunque no tengas todo resuelto
Nadie tiene todo resuelto. Pero llega un punto donde quedarte te cuesta más que irte. Y sí, dormir en el piso con paz, vale más que cama con tensión.
3. Empezar ese proyecto que nadie entiende
Te van a juzgar, se van a burlar, vas a fallar… y luego vas a volverte tan buena que ya no van a poder ignorarte.
4. Poner límites aunque duela
Decir “no” se siente mal al principio, pero después se siente divino. Porque el respeto no se mendiga, se exige.
5. Cortar con tu familia si es necesario
Te dieron la vida, pero no les diste permiso de destruirla. Amar a la distancia también es amor.
6. Apostar por ti aunque nadie te aplauda
Tu sueño no necesita validación. Necesita acción. Y constancia. Y ovarios.
7. Hacer terapia aunque creas que no la necesitas
Porque hay heridas que no se ven, pero sangran cada que alguien te dice “relájate”. No es drama. Es trauma.
8. Cambiar de carrera, ciudad, nombre, todo
Si ya no te reconoces en tu vida, no estás loca. Estás lista para empezar otra. Renacer es incómodo, pero después… mamita, vuelas.
9. Dejar de ser buena con quien abusa de eso
Ser buena no significa ser alfombra. Ni salvadora. Ni psicóloga gratis. Significa ser justa. Y eso empieza contigo.
10. Pedir ayuda sin sentirte débil
No te hace menos. Te hace humana. Y valiente. Porque el que pide ayuda… quiere vivir mejor. Y eso no cualquiera.
Te felicito porque tomar cualquiera de estas decisiones fue brutalmente duro, pero tu puedes y puedes con más!!! te admiro mucho por lo fuerte y valiente que eres y aunque aun no lo tengas todo claro, créeme todo pasa por algo y siempre es para bien.