Dices que la quieres natural, con poco maquillaje y sin provocar demasiado. Pero luego, sin darte cuenta, le has dado a ‘Me gusta’ a tres con la pechonalidad por las nubes y con un poco de cara en el maquillaje, y has empezado a seguir a tres más donde lo que predomina en la foto no es el paisaje precisamente.
Dices que no quieres una facilona, pero luego llamas monja a quien te dice que ‘no’ en la primera noche. Y dejas de llamar a esa que quiere ir despacio. Buscas sin parar a la que más enseña en la discoteca, mientras pasa la mujer de tu vida por delante de tus narices.
Quieres una mujer real, y a la vez mandas pantallazos a tus amigos de aquella que tiene mil retoques en instagram, y que no tiene nada que ver en la realidad. Te tiran más dos tetas que dos carretas, mientras otra es capaz de hacerte sonreír sin ni siquiera quitarse una prenda de ropa.
No te das cuenta, pero quieres a quien ni siquiera sabe el color de tus ojos, cuando hay quien ha contado todos tus lunares.
Por: UnRinconMaravilloso