Llegar a conocernos a nosotras mismas no es cosa sencilla, y mucho menos cuando estamos tan expuestas a la crítica, a los estereotipos, a los prejuicios y a nuestros propios juicios.
Hoy, ante tanta exposición en redes sociales de vidas y personas ‘perfectas’, nuestra autoestima y nuestra seguridad cada vez son más vulnerables, en lugar de buscarnos a nosotras mismas, saber quiénes somos y hacia dónde vamos, elegimos copiar, imitar y es ahí cuando nos perdemos por completo.
Pero depende enteramente de nosotras cambiar esos factores que nos afectan y no nos dejan avanzar, necesitamos comprender que hay cosas que no nos definen, y cuando logres quitarles toda la importancia, entonces lograrás posicionarte en el camino correcto, porque tú no eres todo esto.
Tus miedos
Todas tenemos miedo, racionales e irracionales, esto no tiene nada de malo, pero se vuelven perjudiciales cuando les permites tomar el control, cuando estos definen el rumbo de tu vida. Enfrentarlos es la mejor forma de conocer tus aptitudes, saber de qué eres capaz. Si tu miedo es el fracaso, entonces fracasa para que veas que no pasa nada y que puedes volver a empezar.
Lo que otros esperan de ti
Dejarnos llevar por las expectativas de los demás, hace que tomemos decisiones basadas en gustos ajenos y no en los nuestros. Provoca que cumplamos objetivos que no nos llenan porque no nacieron de nuestros deseos, llenándonos de frustración y ansiedad.
Pondré de ejemplo a los papás, cuando se aferran a que estudies una carrera que en especial que a ti no te llama la atención. Si lo haces para complacer, para no generar un conflicto terminarás sintiéndote vacía. Sigue tu camino aunque a los demás les incomode. Es mejor que ellos lidien con sus problemas a que tú lidies con una vida que no es tuya.
Lo que no lograste
Los fracasos son inevitables y parte importante de la vida. Estos nos van encaminando hacia las cosas en las que somos verdaderamente buenas. No hay mejor forma de saber quién eres y de lo que eres capaz que en el error, sólo ahí se aprende de verdad.
Así que no dejes que lo que no fue te haga sentir débil e inútil, al contrario, con cada tropiezo ganas fuerza para levantarte más poderosa.
Tu talla
No eres mejor ni peor persona por ser delgada o gordita, alta o baja, morena o rubia, lacia o china, etc. Tu aspecto físico no te define, simplemente es una característica más, algo que contribuye a hacerte única.
Lo que dicen de ti
Siempre habrá gente que hable mal de ti, no puedes evitarlo, cuando te deshaces de unos, otros aparecen. Lo mejor que puedes hacer es entender que la gente habla de lo que conoce, si su vida está llena de infelicidad, frustración, amargura y envidia, eso es lo único que podrá salir de su boca. Así que no lo tomes personal, porque lo que piensan o dicen de ti, es en realidad un reflejo de lo que piensan de sí mismos.
Tus malos días
Todos tenemos malos días, no se puede ser feliz o estar estable todo el tiempo. para poder apreciar lo bueno, necesitamos conocer lo malo. Pero estos días malos no tienen por qué ser la base de tu vida ni definirte de ninguna manera, son sólo eso, momentos que pasarán.
Tus papás
Nos han hecho creer que nuestros padres son seres sagrados y perfectos cuando en realidad son seres humanos como cualquier otro, con defectos y virtudes. Así que no son inmunes al error, no tienen por qué tener la razón de absolutamente todo. Así que si te dejas llevar por lo que ellos creen que es mejor para ti, podrías terminar viviendo la vida que ellos querían para sí mismos (y no obtuvieron) y no la vida que deseas para ti.
Tus seguidores en Instagram
Muchas personas viven obsesionadas con ser populares en las redes sociales, y el número de seguidores se ha convertido en un símbolo de estatus que muchos quieren alcanzar. Cuando la realidad es completamente distinta, no eres mejor ni peor basado en el número de personas que te siguen.
Si te sientes vacía y crees que eso llenará el vacío, será mejor que te desconectes un buen tiempo y te dediques tiempo de calidad, conocerte te dará lo que buscas.
Tu estado civil
Muchas mujeres se angustian por no tener pareja, por no estar casada o por no tener hijos a cierta edad, como si de una fecha de caducidad se tratara. Ser soltera o no querer hijos no te hace menos mujer. Pero obtener estas cosas nada más por cumplir con al sociedad sin pensar en si de verdad lo quieres, te conducirá a la frustración inevitablemente.
No dejes que los estereotipos sociales te agobien, mejor medita acerca de lo que te gustaría hacer con tu vida y así tendrás más libertad de hacer lo que de verdad deseas.