Te juro que si la SAT investigara desde secundaria, ya estaría en la lista negra. Lo intenté todo: de vender dulces a rifar mi dignidad. Aquí te dejo mi currículum de fracasos financieros, si te sirve algo de inspiración HAZLO.
Pulseras de hilo con nombres 7/10
Me ponía a hacerlas como si no tuviera tareas, y vendía cada pulsera en $5. El problema fue que demoraba demasiado en hacerlas, me pidieron muchas y personalizadas, (no es nada rentable) además me quedaron a deber
Mi Oxxo clandestino… hasta que llegó Hacienda (o sea, el prefecto) 9/10
Vendía panditas, duvalines de TODO… Una vez gané $100 en un día. Me creía invencible hasta que el prefecto me pescó, me decomisó TODO y me dijo: “la escuela no es para eso” si me dolió pero por el inventario perdido.
Hacer tareas por dinero 8/10
Aquí descubrí que podía redactar mejor que nadie, así que vendía tareas de historia, español, y hasta poemas para el 14 de febrero. cobraba $100 por proyecto y me iba bien… hasta que entregué mi misma tarea a dos personas. Mismo error, misma maestra, misma desgracia. La humillación fue pública y adivina que!? me pidieron el rembolso
Spa casero… con aroma a pelo quemado 4/10
A mis 13 monté un “spa” en mi cuarto. Tenía peine, spray pirata y cero conocimientos. Le hice rizos a mi prima… y le chamusqué medio cráneo. Me corrieron de mi propio cuarto y del negocio JAJAJA. hasta la fecha me siguen reclamando
Reventa kawaii arruinada por una compradora compulsiva: yo 6/10
Compraba stickers, plumas, libretitas en el centro… para venderlas. Pero cuando tocaba desprenderme de mi inventario, me daban ternura y me las quedaba. Fui mi mejor clienta y mi peor inversionista.
Maquillaje pirata directo del tianguis 5/10
Una señora me vendía paletas “Hudda Beaty” a $25. Yo las revendía en $60 creyéndome visionaria. Hasta que una chava me reclamó porque le dio alergia. Me dijo “no pasa nada, amiga”… mientras se echaba manzanilla en los párpados. Ahí entendí que el karma viene de formas misteriosas jjsjhdsjsjsjh
Rifa del oso GIGANTE que nadie quiso -10/10
Imprimí boletitos, forré el oso en celofán, hice mi cartel. ¿Resultado? Cero ventas. CERO!!!. Me tocó cargar el peluche por toda la escuela fingiendo que me lo regaló un novio. Humillación doble: emocional y de columna.
Postres 9/10
Este si me fue mejor… me gustaba preparar, vendía muy bien casi $80 al día y si no se vendía me lo comía jejejee era un ganar – ganar. (pero a este si ponle mucha atención a la higiene y el sabor) ya seria el colmo que a pesar de traer bichos sepa horrible.
En fin….
Todos fuimos esa mini empresaria que soñó con triunfar desde el recreo. Algunas lo lograron. Otras, como yo, terminamos llorando por un flan salado. Pero si algo aprendí es que cada fracaso te da callo, visión y verdaderas prácticas profesionales.