No sé, piénsalo…
– Hacer un picnic improvisado cualquier día del año, para olvidar todo el estrés o problemas que tengamos en ese momento. ¡Sin importar que sea un día entre semana!
– Pintar un cuadro juntos.
– Ir a un karaoke en donde me cantes una canción que te haga pensar en mí y yo una a ti.
– Preparar margaritas o cualquier cóctel, palomitas y acostarnos a ver toda la tarde Netflix.
– Hacer un tour de un fin de semana por los lugares más lindos de nuestra ciudad como si fuéramos turistas.
– Ir a un spa juntos.
– Subirnos a un globo aerostático y ver el paisaje abrazados. Si es durante la puesta del sol, aún mejor.
– ¡Enséñame a manejar! Eso sí sería una aventura extrema.
– Vamos a un mirador y simplemente sentémonos sobre el auto y platiquemos, no importa de qué.
– Una pelea de almohadas.
– Tomemos el sol en la azotea o patio trasero de la casa. Pongámos música y preparemos unos snacks para pasar el rato.
– Vamos a una clase de algo que jamás hayamos imaginado hacer. (Bailar salsa, aprender a cocinar, ¡lo primero que se te ocurra!).
– Hacer una fogata y contar historias de terror.
– Ahorrar un poco de dinero y en la fecha que tú quieras, comprar comida o juguetes e irlos a repartir a niños o personas sin hogar.
– Busquemos un lugar en la ciudad, que sea “nuestro lugar”. Por si algún día terminamos y años después nos arrepentimos, podernos reencontrar ahí mismo de nuevo ¡Awww! jajaja.
– ¡Ir en la noche a un cementerio!
– Poner una hamaca en el patio y quedarnos viendo las estrellas y platicar sobre los mejores momentos de nuestra infancia.
– Pongamos un candado en el lugar más escondido de la ciudad con nuestras iniciales y que se quede ahí hasta después de que nosotros ya no estemos.
– Compremos una cámara instantánea y tomemos muchísimas fotos en diferentes partes de la ciudad.
– Hagamos una cena romántica en casa donde los dos nos vistamos realmente elegantes y guapos. ¡Tú elige la comida y yo la cocino! Simplemente no olvides tu traje y corbata.