¿Andar o no andar con el ex de tu amiga?

Andar con el ex de una amiga es como ponerte el vestido que ella usó para llorar… puede quedarte bien, pero trae historia, y probablemente, maldición incluida.

1. Si fue su gran amor… ni lo pienses

Si ese ex fue EL ex, el que la dejó llorando como final de novela, es territorio prohibido, amiga. Ahí no se mete ni con permiso. Aunque ella diga que ya lo superó, tú sabes que no. ¡No te engañes!

2. Si fue un ligue de 3 días, maybe…

Si salieron una semana y ya ni se siguen en Insta, chance no es tan grave. Pero aún así se avisa, se pregunta, se mide la reacción, porque no sabes qué tanto le dolió aunque lo niegue.

3. ¿Lo amas o solo te gusta porque está disponible?

A veces confundimos atracción con ego. Pregúntate: ¿de verdad te mueve el alma o nomás te pareció lindo porque alguien más ya lo aprobó? Sí, somos así de retorcidas a veces.

4. Si ella todavía habla mal de él… cuidado

Cuando alguien suelta frases como “ese 1mbécil” o “ojalá lo atropellen”, no es señal de que esté lista para verlos en pareja. Respeta el duelo aunque tú ya estés en modo “quiero besarlo”.

5. Si te lanza indirectas, aunque diga que no le importa… ¡le importa!

“¿Ya andan? Qué bueno, me da igual JAJA” ← no le da igual. Esa risa no es genuina, es de contención. Si tu amistad vale más que ese ligue, considera bajarte del tren antes del choque.

¿Está bien o mal? Depende.
Pero si te tienes que esconder, sentir culpa o andar explicando mil veces que “no fue tu intención”, entonces ya sabes la respuesta.

Porque sí, el amor a veces es inesperado… pero la lealtad no.
Y si de plano te lanzas, que sea con la cara en alto y sin decir “es que pasó sin querer”. Porque querer… se quiso.