1. Pónganse nombres falsos y háblense como si fueran otras personas
Hoy tú eres Miranda y ella es Karla Sofía. Se mandan audios actuando como señoras de Polanco que se acaban de pelear con su instructor de pilates. el punto es: desquiciarse juntas. Te une más una actuación improvisada que 20 mensajes de “¿cómo amaneciste bb?”
2. Jueguen a que están peleadas aunque no lo estén
“NO ME HABLES, TE BLOQUEÉ MENTALMENTE”. Y luego 5 min después: “Perdón, me dio ansiedad, ya regresé”. Es chiste, es drama, es contenido. Se ríen, se desbloquean, se mandan memes tristes y luego planean venganza contra gente que ni las topa.
3. Compartan la contraseña de algo vergonzoso
Netflix no, eso ya es cliché. Compartan la cuenta de Duolingo donde intentaron aprender alemán y fracasaron. O la app donde llevan su ciclo menstrual y ponen notas como “me siento perr4 con hambre”. Esa confianza NO se finge.
4. Mandarse “audios prohibidos”
No intimos, sino VERGONZOSOS: el audio llorando por un ex de hace 2 años, cantando reggaetón como si fueras Maluma o contando como planeas conquistar nuevamente al tóxico. Tener una carpeta de “audios para chantaje emocional” es lo más íntimo que puedes compartir.
5. Hagan una “Lista negra de enemigos comunes”
Incluye: exs, exs de la otra, la amiga que ya no está, la que las traicionó, la maestra que les puso 8 injustamente. Mantener vivo el odio compartido une MÁS que cualquier terapia de pareja. Cada que alguien cae mal, directo a la lista. Reforzar el rencor es mantener viva la amistad.
6. Abran un Google Doc para planear una vida falsa
Ejemplo: “Nuestra boda doble en Grecia”, “Nuestra mudanza a Canadá con 6 gatos”, “Nuestra empresa de memes”. Actualícenlo cuando se aburran. Es como vision board pero versión esquizofrénica y divertida.
7. Háganse entrevistas incómodas como si fueran celebridades en decadencia
Tipo: “¿Es cierto que volviste con tu ex por miedo al abandono?” O “¿Por qué eres tan infiel, te volverías a enamorar?” Nadie sana más que una amiga que te entrevista como si fueras Christian Nodal
