¿De verdad estás perdiendo algo?
No, mi amor. No estás mal por sentir. No estás loca por seguir amando. Pero necesitas abrir los ojos: lo que tú entregaste fue real. Lo que él ofreció… fue teatro.
Él no te quería, te necesitaba
Te necesitaba para sentirse importante, no para construir una vida contigo. Porque cuando alguien te ama, te lo demuestra, no te desgasta. Un hombre sano no juega contigo. Un hombre sano no te confunde. Si te hacía dudar mientras decía “te amo”, eso no era amor, era manipulación emocional.
Tú diste TODO
Estuviste en las buenas, en las malas y en las peores. Fuiste fiel, leal, paciente, amorosa, incondicional. Y él… ¿qué te dio? Ausencias, mentiras, promesas rotas y silencios que dolían más que un grito.
No, no estás perdiendo nada
Él pierde a una mujer que lo amó con el corazón abierto. Tú solo sueltas a un hombre que nunca supo amarte. Eso no es una pérdida, es liberación.
Aprende a leer las señales
- Si solo te busca cuando quiere algo, no te ama.
- Si te hace sentir culpable por todo, te está manipulando.
- Si no te respeta cuando hablas, no le importas.
- Si te hace llorar más de lo que te hace reír, sal de ahí.
Todo eso que le dabas, dátelo a ti
Devuélvete la lealtad, la paciencia, los detalles, los abrazos. Eres mucho para alguien que no sabe ni lo que quiere. Cuando te ames tú, no vas a aceptar migajas de nadie.
El dolor no es tuyo, es suyo
Él se queda con la culpa. Con su vacío. Con su falta de empatía. Tú te quedas con la paz. Con la dignidad. Con el amor propio reconstruido desde cero.
Y sí, va a doler un rato
Pero un día vas a despertar y decir: “¿A esto le lloraba?” Y ese día, vas a entender que no perdiste a tu alma gemela… te liberaste de tu peor distracción.