Nadie sabe por qué, pero hay productos “para hombre” que simplemente funcionan mejor. Más potentes, más baratos y sin tanta promesa vacía como “nutre tu esencia femenina”.
Aquí la lista de injusticias cosméticas que nos toca aceptar… o empezar a comprarles
1. Rastrillos para hombres
Cortan mejor, duran más, cuestan menos. Los de mujer traen glitter, colores pastel y triple precio. Pero ni eso evita que te dejen media rodilla peluda. Gracias, patriarcado, por hacer que el vello masculino sea más respetado que el femenino.
2. Desodorantes en barra
Los de hombre: 48 horas de protección, aroma a “Montaña Alfa” y nada de irritación. Los nuestros: “frescura floral” por 2 horas, ardor post-afeitado.
3. Espuma de afeitar
Las de hombre: espesas, densas, lubrican perfecto. Las de mujer: ¿alguien ha visto una que no parezca shampoo?
4. Crema depiladora masculina
La de ellos derrite el vello como si fuera algodón de azúcar con agua. La nuestra dice “piel suave” y ni la pelusa de bebé quita.
5. Jabón en barra
Huelen a whisky, madera o “cabina de avión privado”. Duran una eternidad y no resecan. El nuestro es “delicado”, “femenino”, “sensual”… y te deja como reptil a los tres usos.
6. Champú para hombre
Pelo limpio con una sola lavada. Y algunos hasta anticaspa, anticaída y antidepresión. El de mujer tiene colágeno, placenta, esencia de unicornio… y aún así, frizz asegurado.
7. Cuidado de pies
Crema para pies de hombre: fuerte, funcional, sin aroma a cupcake. La de mujer: “relajación lavanda con glitter”… y cero resultados.
8. Gel fijador
El de hombre fija como cemento pero se lava fácil. El nuestro: efecto “onda natural” que en 10 minutos es frizz nivel tormenta tropical.
9. Maquinita para cortar vello facial
Ellos se delinean la barba con máquinas que cortan al milímetro. Nosotras… arrancándonos el bigote con cera que arde como traición de ex. ¿Y la versión rosa con esa precisión? No existe, reina. Mejor cómprate la de hombre y dile adiós al sufrimiento.
10. Crema hidratante “sin aroma”
Las de hombre sí hidratan, se absorben rápido y no dejan sensación de manteca. Las nuestras prometen “glow natural” y terminan siendo vaselina con olor a papaya triste.
Los productos para hombre son menos cursis, más efectivos y más baratos. Lo peor: nadie los esconde. Están ahí, en el pasillo de siempre, esperando que los descubras. Así que hazlo. Invádele el neceser. compra con orgullo. Porque si algo va a funcionar… que funcione sin importar el color del empaque.
