Verdades que nadie te dice de tener hijos después de los 40

Decidir tener un hijo a cualquier edad es una decisión profundamente personal y valiente y aunque puede estar llena de alegrías y recompensas, también es importante ser consciente de las desventajas que pueden surgir en términos emocionales, psicológicos y físicos y más aún, cuando esta decisión se toma en los 40’s. El día de hoy te compartimos algunas verdades que no muchos te dicen para que estés bien informada y puedas tomar decisiones con mayor confianza y claridad.

La biología puede ser un desafío, pero no imposible

A los 40, las probabilidades de quedar embarazada son menores que a los 20 o 30 años. Sin embargo, esto no significa que sea imposible. La tecnología médica ha avanzado mucho y hay muchas opciones disponibles, desde tratamientos de fertilidad hasta la fertilización in vitro. Lo importante es estar bien informada y buscar el apoyo de profesionales.

Mayor riesgo, mayor cuidado

Con la edad, aumenta el riesgo de ciertas complicaciones durante el embarazo, como la diabetes gestacional, la hipertensión y el parto prematuro. Pero no te asustes. La clave está en el cuidado prenatal. Consultar regularmente con tu médico y seguir sus recomendaciones puede hacer una gran diferencia. 

La energía no es la misma

Ser madre requiere mucha energía, y puede que sientas que a los 40 no tienes la misma vitalidad que a los 20. Eso es completamente normal. Sin embargo, muchas mujeres encuentran que su madurez y experiencia les otorgan una perspectiva y paciencia que no tenían antes. Escuchar a tu cuerpo, mantener una dieta equilibrada y hacer ejercicio regularmente pueden ayudarte a mantenerte activa y saludable.

Sabiduría y paciencia a tu favor

A los 40 años, has vivido muchas experiencias que te han dado sabiduría y paciencia. Estas cualidades son oro puro cuando se trata de criar a un hijo. Puedes tomar decisiones más informadas y manejar las situaciones con una calma que quizás no tenías en tu juventud. Este es un gran beneficio que no siempre se menciona, pero es muy valioso.

Acepta los cambios físicos

El embarazo y la maternidad traen cambios físicos a cualquier edad. A los 40, estos cambios pueden ser más notorios o llevar más tiempo para recuperarse. Es importante ser amable contigo misma y aceptar tu cuerpo tal como es.

Crítica social

La gente nunca estará conforme. Que si te embarazas joven, te critican porque fregaste tu vida y eres demasiado joven. Si a los 30’s sigues sin hijos, que se te está pasando el tren. Y si quieres convertirte en madre a los 40’s, que ya estás muy vieja y todo saldrá mal. Lidiar con la presión social puede llegar a ser muy abrumador en este proceso.

Aislamiento

Podrías llegar a sentirte aislada si tus amigas o conocidas ya pasaron por esta etapa y tú apenas la estarás iniciando. Trata de encontrar un grupo de mujeres de tu edad y en tu misma situación para sentirte apoyada.

Conflicto de identidad

Convertirse en madre a esta edad puede traer un cambio significativo en tu identidad. Adaptarte a este nuevo rol puede ser más difícil si has tenido una vida bien establecida y definida sin hijos.

Temor al futuro

A medida que envejeces, puedes preocuparte más por tu capacidad para cuidar de tu hijo a largo plazo, especialmente cuando consideras que serás una madre mayor cuando tu hijo llegue a la adolescencia y adultez.

* Aunque hay muchas desventajas a considerar, es importante recordar que cada mujer es única y que estas desventajas no significan que no puedas ser una madre maravillosa después de los 40. La clave está en estar bien informada, cuidar tu salud emocional y física, y buscar apoyo cuando lo necesites. Con el conocimiento adecuado y el cuidado necesario, puedes enfrentar estos desafíos y disfrutar de la maravillosa experiencia de la maternidad.