Desde que tengo memoria me he caracterizado por algo: ser responsable, pero al parecer eso se convierte en una desventaja cuando vives en una sociedad en donde la mayoría de personas son irresponsables.
Yo ya mejor me río en vez de llorar… Si te identificas conmigo, entonces seguro también te han sucedido estas cosas.
En las fiestas nunca puedes disfrutar al cien porque siempre tienes que andar cuidando a tus amigas borrachas.
Todos esperan mucho de ti (principalmente tu familia) y cuando algo no te sale bien o cometes algún error, te regañan como si fueras la peor persona del mundo. Pero a tu hermano que siempre ha sido irresponsable e incompetente, jamás lo regañan porque ya están acostumbrados.
Siempre eres la primera en llegar a todas las citas y tienes que esperar mínimo 30 minutos o 1 hora a que todas las demás amigas o personas de tu trabajo lleguen.
Si vives con roomies, entonces sabes muy bien que gracias a ti esa casa no está hecha un basurero. ¡Eres la única que siempre se preocupa por limpiar!
Más de una vez te has sentido triste de que tú siempre recuerdas el cumpleaños de todos, pero nadie nunca recuerdan el tuyo.
Siempre que estás a punto de hacerte ese tatuaje que siempre has querido, te arrepientes de último momento por el pensamiento de “Y si nadie me contrata cuando tenga que trabajar”.
No tienes la habilidad de poder decir mentiras a las personas. Literalmente sientes como si algo dentro de ti te quemara y prefieres decir la verdad aunque esta a veces no sea lo que los demás quieren oír.
Cuando vas a la playa con tus amigas o sales de vacaciones, tú siempre eres la que lleva el protector solar, repelente para mosquitos y demás cosas, pues sabes que nadie más lo hará.
La gente se la pasa diciéndote que estas “amargada” y que deberías dejarte llevar un poco más… Pero en realidad no es una idea que te agrade mucho.
