Una seguidora del sitio nos envía esta carta a su ex. Podrías sentirte identificada con ella.
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Cuando apenas te conocí prácticamente me lancé a tus brazos. Rogaba para que me hicieras caso, me tenías al límite, eras un poco caótico y desinteresado. Tenías todo lo que yo en ese momento podría haber necesitado.
Eras mi Lunes a Domingo, pocas veces dormíamos y también a veces nos olvidábamos de comer. Estaba obsesionada con tu olor.
No sé cómo hiciste, pero te metiste en mi sistema de manera intravenosa. Recorrías cada parte de mi cuerpo y estabas en cada poro de mi piel a toda hora, día tras día.
Esos primeros meses fuimos inseparables, preferíamos ir juntos a donde fuera, no importa si era a una fiesta de un amigo tuyo o mío, siempre hacíamos bromas y sabíamos que juntos todo era más divertido.
Básicamente estaba intoxicada de ti y moría por conocer pequeños detalles de ti que nadie más supiera. Bastaba ver una foto tuya o un mensaje en whatsapp para que en automático una sonrisa se dibujara en mi rostro.
No te mentiré, uno de los días más hermosos de mi vida fue cuando espontáneamente se te salió decirme: ‘te amo’. ¿Recuerdas cómo los dos nos comenzamos a reír como locos por culpa de los nervios? Nunca olvidaré como ese día nos la pasamos tomados de la mano y sintiendo que el mundo conspiraba a nuestro favor. Así pasaron los días, alimentándonos sólo de besos y riéndonos de la más mínima cosa…
Luego, un día sin esperarlo, todo comenzó a cambiar…
Llegaste a mi casa con una actitud bastante ‘seria’ hasta un poco grosera, algo que jamás había visto en ti y aunque pensé que algo malo te había sucedido y simplemente necesitabas desahogarte, me di cuenta que algo traías en contra mía. No sabía qué era ya que jamás te había sido infiel, ni mucho menos te escondía algún secreto.
Confundida me tiré a llorar debido a tu silencio y a esa mirada que congelaba mi corazón. Esa mirada sin luz y sin amor para mí me hizo saber que ya no me amabas.
Después de pasar un rato en silencio y sin decirme qué demonios pasaba, preferiste irte y dejarme con mil dudas sobre en qué me había equivocado. Lo único que había hecho hasta ese momento era enamorarme cada día más de ti.
Han pasado dos semanas y yo te debo decir algo…
Los últimos 14 días me los he pasado intentando localizarte y ha sido imposible. No merezco esto, me he humillado llamando llorando a tus amigos(as), a tu casa y a tu celular y todos me dicen que es mejor que espere hasta que me vuelvas a buscar. Lo único que pasa por mi mente es: ¡Qué diablos! Yo no he hecho nada mal.
No puede ser que por culpa de alguien más, todo lo nuestro termine. No puede ser que tú seas tan tonto como para creer en otros(as) antes que en mí. ¡Me frustra y me desespera esta situación!
Algún día te darás cuenta que tú fuiste quien se alejó de la persona que más te pudo haber querido. Yo te sigo queriendo, eso es obvio, pero me has demostrado que en realidad no confiabas en mí como alguna vez lo imaginé.
¿Por qué siempre quien hace las cosas bien termina siendo el culpable? No lo entiendo…
