Primero, no te engañes. Ya te lo rompieron, te lo enmigajaron, te lo hicieron añicos. No trates de disimularlo. No intentes esconder los pedacitos debajo de la alfombra o debajo de las madrugadas. Esos bultos se notan, especialmente en las ojeras, puede que las visitas miren circunspectamente para otro lado, pero todos saben que te rompieron el corazón en pedacitos.
Lo importante, como dicen los cómicos de circo y libros de autosuperación, es la actitud. La actitud apropiada es ser cursi. Déjate de tonterías. Ya se sabe que se supone que uno debe guardar la compostura y el decoro en todo momento y que está de moda lucir como que uno está de vuelta de todo y nada le afecta. Pero eso es más ridículo de lo que crees.
Te rompieron el corazón, actúa como tal. Asume tu cursilería inevitable. Canta canciones de despecho y hastía a tus amigos con historias de cuánto vas a extrañar a tu amor fallido. Llora en los hombros de los transeúntes porque la vida es injusta y en el amor y en el trabajo te pagan mal.
Si te rompieron el corazón en pedacitos lo importante es saber qué hacer ahora con los pedazos. Puedes probar armar el rompecabezas. Salen unos de vivos colores si no se preocupa demasiado por que encaje cada pieza. Los huecos puede rellenarlos con memorias, no necesariamente ciertas. Te saldrá un adefesio innombrable que se puede acomodar en la caja torácica sin mayor trámite hasta la próxima catástrofe cardiaca.
También puedes hacer otra cosa con los pedacitos. Puedes sembrarlos, por ejemplo. Si te rompieron el corazón en pedacitos, puedes probar a convertir cada pedacito en una semilla. Siembra tu corazón en todas partes, aprovecha que lo tienes hecho pedacitos. Siembra tu corazón en muchos lugares porque en alguna parte nacerá de nuevo.
Yo recomendaría sembrarlo en las palabras, por ejemplo. Deja un pedacito en una hoja y verás cómo crece hasta convertirse en un poema, en un cuento, en un libro. Siembra un pedacito en la música, pónlo en una guitarra, en un piano, en una voz que canta. Siembra un trocito en tu trabajo, hazlo con ganas, verás que ese pedacito germina y da frutos que nunca imaginaste.
Si te rompieron el corazón en pedacitos, toma cada pedacito y entrégaselo a alguien. Hay mucha gente a la que le hace falta. Nunca nadie terminará de completarlos, pero puede que su pedacito germine y se quede en esa gente.
Si te rompieron el corazón en pedacitos, lo importante está en saber qué hacer con los pedazos. Haz algo con ellos. Siémbralos, repártelos por todas partes. Alguno germinará y tal vez así le nazca un corazón nuevo.
Autoría: Carlos García