no es tu cuerpo, es el styling.
1. Usar ropa tres tallas más grande “pa’ que no se note”
Crees que ocultas algo, pero terminas pareciendo carpa de circo. El oversize es cool solo si sabes equilibrarlo. Si todo tu outfit es gigante, tu figura desaparece… y te ves más grande.
2. Vestirte toda apretada “pa’ que te forme”
Ese vestido que te corta la circulación o el pantalón que saca el muffin top solo acentúan lo que quieres disimular. No es tu cuerpo, es que te estás embutiendo como salchicha en tripa.
3. Ponerte leggings como si fueran jeans
Los leggings no son pantalones, reina. Si son delgaditos, brillosos y se transparenta hasta el alma… el efecto visual no favorece nada. A menos que seas instructora de spinning, cámbialos por algo con más estructura.
4. Rayas horizontales everywhere
Sí, las rayas anchas y horizontales tienden a ensanchar visualmente. Si eres fan, úsalas con prendas más entalladas o combínalas con colores sólidos. No todo lo rayado te favorece, y no todo lo negro te adelgaza.
5. Cortes de ropa que parten el cuerpo a la mitad
Blusas que terminan justo donde inicia la pancita, faldas que cortan la pierna en el peor ángulo… No es magia negra, es proporción. Aprende a jugar con los largos para alargar tu figura y no verte más ancha.
6. Usar estampados enormes
Flores del tamaño de tu cara o patrones caóticos hacen que el ojo no sepa a dónde mirar, y eso genera volumen. Si amas los prints, opta por los pequeños o estratégicamente colocados.
7. Sujetadores sin soporte o ropa interior mal elegida
Un bra que no levanta, unas panties que se marcan como mapa… todo eso se nota. Y si se nota, visualmente suma kilos. La ropa interior adecuada te puede levantar TODO el autoestima.
No es tu cuerpo, es el styling. No necesitas ser talla 0 para verte increíble, pero sí necesitas conocer tu tipo de cuerpo y tratarlo con amor (y buena luz). Verte bien no es ser flaca, es saber qué te queda y cómo llevarlo con flow.
Así que no te escondas ni te aprietes: ajústate, adáptate y arrasa.
